El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
¿Son los programas de televisión responsables de la “decadencia” de valores en la sociedad? El último viernes se llevó a cabo la controvertida “Marcha contra la televisión basura”, que apenas congregó a unos 2,000 manifestantes, quienes se desplazaron desde el centro de la ciudad hasta los locales de los principales canales de televisión, sin enfrentamientos con la policía pero ocasionando los inevitables bloqueos del tránsito. Lo más paradójico es que en esta marcha, convocada para exigir mayores contenidos culturales y menos “inmoralidades” en los programas de televisión, se produjeron diversos actos vandálicos y prevalecieron las consignas y los gestos de intolerancia de los grupos totalitarios que participaron. Al día siguiente, en la misma línea de lucha contra la inmoralidad, el cardenal Juan Luis Cipriani hizo declaraciones públicas en contra de la red social What’s up: “¿Cuántas veces tus hijos casados están en el What’s up fabricando la infidelidad? O sea, encuentros equivocados con otra mujer, con otro marido, con otra chica, con otro muchacho, todo a través de una red más o menos anónima”. Al parecer se trata de una tendencia a pensar que los problemas morales son ocasionados por los programas de televisión dirigidos a la juventud y por las nuevas tecnologías, cuyos principales usuarios son precisamente los más jóvenes. Este rechazo a las preferencias de los más jóvenes nos hacen recordar las recurrentes censuras que han sufrido casi todos los géneros musicales en sus inicios. Pasó con el rock and roll en los Estados Unidos en los años cincuenta, cuando el joven Elvis Presley escandalizaba a los mayores con sus movimientos de cadera; también pasó en el Perú, diez años después, con el mambo (un antepasado directo de la salsa), cuando el entonces cardenal Lisson pretendió excomulgar a los limeños que bailaran al ritmo de esa música “endemoniada”. Y también sucedió algo similar con respecto a los comics (en su época de surgimiento, a mediados del siglo pasado) en Norteamérica, pues los tradicionales defensores de la moral y las buenas costumbres consideraron que esa nueva forma de arte le daba demasiado espacio a la violencia y a la maldad. ¿Son “esto es guerra”, “Combate”, Magaly Medina y What’s up responsables de la decadencia moral en la sociedad peruana? Por supuesto que no. A lo sumo son medios a través de los cuales se manifiesta de manera bastante clara y directa el estado de una sociedad como la peruana, en pleno proceso de transformación; y en la que ciertos valores tradicionales parecen estar perdiendo vigencia para ser reemplazados por otros. Acaso los jóvenes no sean tan rigurosos con respecto a la fidelidad con la pareja, pero en cambio se preocupan más por la contaminación, el cuidado del medio ambiente y la preservación del planeta; también por los abusos cometidos contra los niños, ya sean agresiones físicas o sexuales. Y ya quisiéramos que se proteste y se condene —con el mismo rigor y dureza con el que habla de la TV basura— los numerosos actos contra la libertad y la vida que vemos estos días en Venezuela, donde el régimen autoritario reprime con brutalidad las protestas populares, persigue y encarcela a la oposición y agrede y sabotea a los medios de prensa independientes. Por cierto, toda esta persecución es ejercida desde el poder en nombre de los "intereses del pueblo", invocando una supuesta superioridad de la "moral revolucionaria" que califica igualmente de "basura" a los medios de prensa independientes. 02 - Mar - 2015
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