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La película que generó polémicas en Cannes
La película Okja (2017), una coproducción coreano-norteamericana, ya es un hito en la historia del cine: fue la primera en competir en el prestigioso festival de Cannes sin haber sido exhibida nunca en cines, pues es propiedad de la red de streaming Netflix. Y como tal, ya podemos verla en la comodidad de nuestras casas, sin esperar a que en alguna distribuidora se anime a traer la película al Perú. Una suerte, pues se trata de la tierna historia de una niña y su extraña mascota, con obvias reminiscencias de E.T., el extraterrestre de Spielberg, y nos permite seguir la trayectoria de uno de los más talentosos directores asiáticos de la actualidad: Bong Joon-ho (Corea, 1969), autor de The host (2006), Mother (2009) y Snowpiercer (2013), entre otras.
La niña es Mija (la actriz coreana Ahn Seo-hyun) una campesina que vive en Corea, en compañía de su abuelo. Este recibió, diez años atrás, el encargo de la corporación transnacional Mirando de criar, de la manera más natural, a una gigantesca cerda transgénica, muy parecida a un hipopótamo, como parte de una campaña publicitaria para disimular el carácter “artificial” de este animal, destinado a producir carne para embutidos. Pero Mija y Okja han crecido juntas y son mucho más que amigas, como nos muestra la primera parte de la película, que se desarrolla en una selva paradisíaca. Los problemas comienzan cuando los representantes de Mirando llegan a Corea a recoger a Okja, y la llevan a Estados Unidos, para mostrarla en público y luego sacrificarla.
Con ello, el relato tiene un quiebre y se convierte en una película de acción, con persecuciones en autopistas, destrozos en lugares públicos y mucha violencia, ejercida por los representantes de Mirando y por un grupo de activistas por los derechos de los animales. Pero además de la acción, la película se carga de elementos cómicos, especialmente por las torpezas y tonterías de los “malos”: Lucy Mirando (la británica Tilda Swinton, ganadora de un Oscar, también una de las productoras de esta película) y el Dr. Johnny Wilcox, un Jake Gyllenhaal (Zodiac, Brokeback mountain, etc.) irreconocible, en una de sus peores interpretaciones. Lo extraño es que hasta los activistas, supuestamente “buenos” —interpretados por Paul Dano y Steven Yeun (Glenn en The walking dead), entre otros— , tienen también algunos rasgos caricaturescos, lo que lleva a la película a los límites de la sátira.
Así, tratando de combinar géneros tan diversos como el melodrama infantil, el relato de aventuras y la parodia crítica, Okja no llega a ser una gran película. Pero sí nos entrega algunas secuencias bien logradas: aquellas iniciales que nos muestran la estrecha relación entre Mija y Okja —y en las que se luce la fotografía de Darius Khondji (Seven, Delicatessen)—, la persecución automovilística y en el centro comercial (con el gigantesco animal destrozando escaparates y puertas de vidrio), y el valiente intento de Mija de entrar en el local de Mirando, arriesgando su vida para superar las barreras de seguridad. Bong Joon-ho no está a la altura de Spielberg, pero resultan encomiables tanto su desenfado para mezclar géneros como su valor para hacer una denuncia tan fuerte contra la industria alimenticia y el cruel trato que da a los animales.
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