El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
La cantante irlandesa Dolores O’Riordan, líder del grupo The Cranberries —uno de los más importantes de los años noventa—, falleció ayer en la ciudad de Londres, mientras estaba en una sesión de grabación de lo que sería su próximo disco solista. Y la noticia se difundió instantáneamente en todo el mundo, en especial en las redes sociales, muchos de cuyos usuarios han sido admiradores y seguidores del grupo. La peculiar forma de cantar de Dolores, que combinaba la dulzura y limpieza de su timbre de voz con adornos y melismas ásperos, fue una influencia notable en toda una generación de cantantes de todo el mundo. Incluyendo la colombiana Shakira y la canadiense Alanis Morrisette, quienes iniciaron sus carreras impulsadas por el éxito de la irlandesa.
Dolores Mary Eileen O'Riordan Burton nació en Limerick (Irlanda) el 6 de septiembre de 1971, en el seno de una familia de campesinos católicos (de ahí su nombre). Era la menor de siete hermanos, y la pobreza de la familia se agravó cuando el padre quedó paralítico tras un accidente. Eso sí, desde niña Dolores destacó por su afición y talento musical: cantó casi desde que aprendió a hablar, a los siete años ya tocaba el órgano en la iglesia de su pueblo y a los doce años escribió su primera canción conocida: “Calling”. Pero su fama se inició cuando conoció a los hermanos Noel y Mike Hogan, líderes del grupo de rock The Cranberry Saw US, formado en 1989, y cuyo compositor y cantante era Niall Quinn. Pronto Quinn dejó la banda y Dolores pasó a ocupar su lugar, como cantante y compositora, y también modificó el nombre del grupo a The Cranberries. Así publicaron su primer disco: Everybody else is doing it, so why can't we? (1993, Todos los demás lo hacen, ¿por qué nosotros no?).
Everybody else… contenía dos canciones que pronto se convirtieron en grandes éxitos: “Linger” (en la que Dolores contaba una experiencia personal de amor adolescente) y “Dreams” (también de temática adolescente). Ambas eran canciones sencillas (compuestas por Noel Hogan) , más cercanas al pop que al rock, tanto en su estructura como en sus arreglos, que gracias a los versos y la voz de Dolores adquirían una dimensión artística. Pero eran los años noventa, de las agresivas guitarras de Nirvana y del grunge en general, y eso influyó notoriamente en el segundo disco de The Cranberries, No need to argue (1994, No hay necesidad de discutir) que contiene la canción más conocida del grupo: “Zombie”, un rock oscuro y pesado que trata sobre el largo conflicto religioso de Irlanda del Norte, específicamente del atentado ocurrido en 1993, en la ciudad de Warrington, y en el que murieron dos niños. Sin embargo Dolores no dejaba su lado más dulce y nostálgico, con canciones como “Ode to my family”.
The Cranberries continuó publicando discos en los que combinaba el rock fuerte con las canciones melódicas. En To the faithfull departed (1996, Para los fieles difuntos) esos extremos estaban representados en canciones como “Salvation” y “Free to decide”. A esta entrega le seguirían Bury the Hatchet (1999, Enterrar el hacha) y Wake up and smell the coffee (2001, Despierta y huele el café). Para entonces ya Dolores sentía que el formato del grupo limitaba su creatividad, así que inició una carrera solista, que se materializó en dos discos: Are you listening (2007, ¿Estás escuchando?) y No Baggage (2009, Sin equipaje). Sin embargo, una serie de problemas personales y de salud (desde un trastorno bipolar hasta una no confirmada anorexia) impidieron que esta etapa de su obra tuviera la brillantez de la anterior, con The Cranberries. El año pasado el grupo anunció que se había vuelto a reunir para realizar una gira por Europa y Estados Unidos, gira que fue suspendida por los problemas de salud de Dolores. La última comunicación pública de la cantante fue el 4 de enero, a través de Twitter: una foto de ella con su gato, acompañada del texto: “Hola a todos. Aquí, Dolores. Me siento bien”.
COMENTARIOS