Aniquilación: ciencia ficción del siglo XXI

La ciencia ficción están atravesando por un excelente momento; especialmente en cine, con películas como Interestelar (2014) de Christopher Nolan, La llegada (2016) de Denis Villeneuve o Ex Machina (2015) de Alex Garland, entre muchas otras. Y la mejor prueba de este boom es que en el último año se han hecho continuaciones de dos clásicos del género: Blade Runner 2049 (2017) y Alien Covenant (2017). Entre los más reconocidos autores de este género figura el inglés Alex Garland (Londres, 1970), escritor y guionista que debutó como director con la ya mencionada Ex Machina, a la que ahora se suma la mucho más ambiciosa Aniquilación (Annihilation, 2018) que, por caprichos del mercado, no llegará a nuestros cines, pero que ya puede verse a través de Netflix.

Un meteorito cae cerca de un faro en la costa norteamericana. A partir de eso, un extraño resplandor de colores (casi como una aurora boreal) comienza a rodear la zona, extendiéndose de manera alarmante. Lo que pasa dentro de la zona del “resplandor” es un misterio, porque las patrullas del ejército que entran a averiguarlo desaparecen. Aniquilación se centra en la historia de una de esas patrullas, integrada por cuatro mujeres, entre las que figuran la bióloga Lena, interpretada por norteamericana israelí Natalie Portman (1981), y la psicóloga personificada por Jennifer Jason Leigh (Los Angeles, 1962). A medida que se internan en el resplandor, las cuatro mujeres tienen que enfrentar a las más peligrosas y extrañas fieras, producto de aberrantes mutaciones genéticas en animales como cocodrilos, osos; a la vez que ellas mismas comienzan a padecer preocupantes transformaciones en sus cuerpos.

Así la historia que se inicia como un relato de misterio (el esposo de Lena, que había sido enviado al resplandor y dado por muerto, regresa a su casa sin recuerdos de esa experiencia) se convierte después en una efectiva y bien lograda película de suspenso, en la línea de Depredador o Alien. Las integrantes de esa patrulla, como es previsible, van perdiendo la vida una a una; pero el guion no cae en las concesiones tan frecuentes en este tipo de relatos, y todos los personajes actúan siempre de manera digna e inteligente. Por otra parte, las mutaciones que genera el resplandor (combinando los genes de cada ser vivo con los de sus vecinos) dan lugar a un interesante trabajo de efectos especiales con los animales, la vegetación y hasta el paisaje. Sin lugar a dudas, Aniquilación resulta visualmente deslumbrante, y lo es más a medida que se avanza en el relato.

Finalmente Lena llegará hasta el propio faro, y ahí encontrará la causa de todos los problemas. En este punto la película vuelve a la gran tradición de la ciencia ficción, recordando por momento a Solaris o 2001: Odisea del espacio, y abordando los temas más propios del género, como los de la memoria, la identidad y aquellas “grandes preguntas celestes”, de las que hablaba un poeta peruano. Es un final que no ofrece certezas y que deja las conclusiones al espectador. La crítica ha reaccionado de las más diversas maneras ante este final “abierto”. Hay quienes lo han considerado “uno de los más interesantes desafíos intelectuales del cine actual”; los más rigurosos han descrito este final como “decepcionante”. En lo que sí están de acuerdo todos es que Aniquilación es una muy buena película, una acertada combinación de ciencia ficción, acción y terror.