Cecilia Bákula

Una devoción afianzada en nuestra historia

La tradicional Procesión del Señor de los Milagros

Una devoción afianzada en nuestra historia
Cecilia Bákula
11 de octubre del 2020


El culto al Señor de los Milagros, originariamente local y al inicio circunscrito a Lima, es hoy una devoción nacional y un fenómeno de fe cristiana que supera los límites de nuestras fronteras. Sabemos que en 1655, ocurrió un severo terremoto en Lima que causó muchos daños y, como es de suponer, pánico y zozobra entre la población, pues la ciudad quedó bastante afectada y muchas casas destruidas. No obstante, la ermita de Pachacamilla, donde se encontraba la imagen de un Cristo crucificado, pintada por el esclavo Benito de Angola, sufrió tan solo el desplome del techo. La imagen quedó intacta.

Ese hecho fue considerado milagroso. Y a partir de ese instante, el culto y la devoción se expandieron por la ciudad, y empezaron a registrarse curaciones inexplicables, favores concedidos y una afluencia cada vez mayor de personas de todo rango social y edad. Acudían no sólo a ver la imagen que había sido preservada, sino a ser parte del fervor popular que crecía imparablemente. Si bien en un inicio la imagen fue venerada por los esclavos del barrio de Pachacamilla, el virrey Conde de Lemos (1684-1689) se hizo su devoto y el culto se extendió rápidamente a todos los sectores de la sociedad de entonces.

Pasaron los años y el culto al Señor de Milagros se propagó por todo el virreinato del Perú. Entre 1766 y 1771 el virrey Manuel Amat y Juniet construyó la Iglesia de las Nazarenas, donde se conserva la sagrada imagen y donde, hasta ahora, acuden miles de fieles católicos, sobre todo en el mes de octubre. Se sabe que en 1671, las autoridades eclesiásticas habían ordenado borrar la imagen debido a las reuniones de los primeros devotos que causaban molestia a los vecinos. Los encargados de borrar la imagen quedaron paralizados. Esto se consideró una señal de Dios, que no quería que se borrara la imagen.

Es así que se dio inicio a la tan conocida procesión, que tuvo lugar en 1687, cuando había ocurrido en Lima otro sismo de considerables proporciones. Para ello, Sebastián de Antuñano mandó a hacer, en lienzo, una copia del Cristo que figuraba en el muro, y lo sacó en procesión a recorrer las calles de la ciudad. Se dice que, de inmediato cesaron los temblores. Desde esa fecha, la imagen tiene la costumbre de salir cada 28 de octubre, visitando calles, templos, monasterios. Y las rutas del Cristo Moreno se han ido extendiendo para abarcar, cada vez más, las zonas de nuestra ciudad que requieren su presencia.

La sagrada imagen, en el muro original, se conserva en el retablo de la Iglesia de las Nazarenas de Lima. Hoy el cuidado de la imagen original, así como del anda que recorre las calles y el museo –que guarda y exhibe las reliquias, ex votos y elementos asociados a la historia de este tan extendido culto– están bajo la responsabilidad de las religiosas carmelitas del Convento de las Nazarenas.

Como una fiesta de fe muy arraigada en el pueblo peruano, el Señor de los Milagros, llamado también Cristo Moreno o Señor de Pachacamilla, sale cada año a visitar a sus devotos, a darles el encuentro y a motivar expresiones de fe. Todo ello ha permitido que se reconozca a la procesión limeña de octubre como la más numerosa de la que se tiene memoria.

El anda del Señor de los Milagros, ricamente labrada en plata, es llevada, por turnos, por 32 miembros de la Hermandad de Cargadores del Señor. Ellos, como ofrenda de amor a su Señor y con la certeza de que es un privilegio cargarlo, van llevando de manera muy cadenciosa y acompasada la imagen por toda nuestra ciudad. Lo hacen siguiendo las indicaciones del capataz general y de un subcapataz, quienes los organizan en cuadrillas, ya que es muy grande el esfuerzo de cargar la imagen y mucho el deseo de todos los cargadores de tener la oportunidad de aportar ese esfuerzo en favor de la tan extendida devoción.

Al Señor de los Milagros, lo acompaña también una hermandad de sahumadoras que, vestidas de morado y con mantilla blanca, van caminando de espaldas y llevando en las manos antiguos sahumerios de plata, con los que impregnan de intenso olor a incienso todo el recorrido. Tanto ser cargador, como sahumadora o cantadora son privilegios, labores de fe que, por lo general, se transmiten de generación en generación. Y que son motivo de estímulo y gran orgullo para las familias que se involucran en esas actividades.

Cada año, la “salida” del Cristo Moreno del local de las Nazarenas, en la Avenida Tacna, es toda una ceremonia y un ritual: el anda debe ser decorada primorosamente, la imagen del Señor debe ser ataviada y, además, dicha imagen va acompañada, también con la de la Virgen de la Nube. La “salida” del Señor es esperada por miles de personas que, desde la madrugada, se agolpan en la puerta para dar vivas y aplaudir a la santa imagen, a la que se ha esperado un año.

Este año, 2020, como quizá no había sucedido antes, la sagrada imagen no salio a recorrer las calles. Las medidas que se deben tomar por la grave emergencia sanitaria que vivimos, han requerido que se suspenda la procesión, y Lima siente un vacío grande. Octubre es el mes morado, es el mes del Señor de los Milagros, es el mes de la procesión. Y hoy nos toca afirmar más nuestra fe haciendo que la imagen, que hasta el año pasado iba en procesión, llegue a los corazones siempre encendidos en los devotos. El culto al Cristo Moreno no es solo un acto de acompañamiento personal por las calles, sino además una confesión de fe, esperanza en las maravillas que Cristo obra en las almas de quienes lo esperan, lo veneran y lo aman.

Cecilia Bákula
11 de octubre del 2020

NOTICIAS RELACIONADAS >

Dina y la recurrencia de errores

Columnas

Dina y la recurrencia de errores

Una vez más, el avispero nacional está muy agitado. Y es...

13 de mayo
Centenario del APRA

Columnas

Centenario del APRA

El 7 de mayo recordaremos la fundación del APRA (Alianza Popula...

06 de mayo
La lenta agonía del Archivo General de la Nación

Columnas

La lenta agonía del Archivo General de la Nación

La crítica y realmente desesperada situación que vive el...

29 de abril

COMENTARIOS