Horacio Gago

Una defensa numantina de los decretos de Zavala

A la PCM le sobra ideología o le falta poner los pies en el suelo

Una defensa numantina de los decretos de Zavala
Horacio Gago
24 de febrero del 2017

A la PCM le sobra ideología o le falta poner los pies en el suelo

De la lectura de los decretos legislativos y sus reglamentos está quedando bastante clara la idea de economía y mercado del gobierno de PPK. Se quiere un Estado más subsidiario que nunca, con una economía menos mercantilista, pero marcadamente enemiga de lo informal. Me explico. El gobierno quiere que la inversión pública promueva la inversión privada. El erario va a abrirse siempre que el fin sea productivo y los recursos los reciba la empresa privada (esto le va a dar en la yema del gusto al sector caviar que, en el contexto del Lava Jato, apocalípticamente clama por el fin del modelo, como si el Estado planificador e intervencionista hubiera funcionado bien alguna vez en el Perú). Ahora, un mercado sin mercantilismo quiere decir que ni la economía ni los recursos públicos llegarán a manos de los grupos de siempre (Odebrecht y su “brasileirada” o “el club” liderado por GyM), porque ellos no volverán a dictar las reglas de juego, sino a las de las empresas que aceptarán las nuevas pautas: simplicidad pero transparencia. Hasta ahí estamos de acuerdo.  

Sin embargo, lo que los técnicos de la PCM y el MEF no parecen tener en cuenta es que en el Perú el mercantilismo es directamente proporcional a la informalidad. Y que fomentar un mercado sano supone políticas claras e inteligentes, racionales y cuerdas, contra ese flagelo. No se crea una economía formal permitiendo una paralela y masiva informalidad. La informalidad masiva es el caldo de cultivo del mercantilismo, su hábitat, su oxígeno, por la sencilla razón de que la formalidad reducida siempre es costosa, y ese precio lo pagan de todos modos las empresas mercantilistas. Con formalidad costosa, Odebrecht & Cía. no ganarán los concursos, pero aparecerá otra dinastía mercantilista en su lugar.

La ideología no debe prevalecer en la PCM o en el MEF. Se necesita un Estado subsidiario, pero a la vez muy presente en la creación de condiciones para impulsar un mercado sano. Formal y sano. Un Estado que haga frente a la informalidad atrayendo su lógica, legalizando su racionalidad, sumando su derecho consuetudinario; pero a la vez sancionando el exceso, la “criollada”.

Es una lástima que en los decretos no se haya empoderado o “renorteado” a Cofopri. No hay mayor informalidad que la del suelo, las edificaciones sin licencia, las casas inacabadas o en zonas de riesgo, o el suelo en cooperativas.  Sin derechos de propiedad en esos espacios los peruanos masivamente seguirán siendo informales, y los mercantilistas estarán a la orden del día.

El Decreto Legislativo 1333 es una prueba de la ideologización de la PCM. Crea una suerte de Cofopri solo para los proyectos en los que el Estado necesita suelo libre destinado a gran infraestructura: aeropuertos, puertos, carreteras, etc. Esa APIP (Proyecto Especial de Acceso a Predios para Proyectos de Inversión Priorizados) es una suerte de policía formalizadora para,  a la velocidad del rayo, vaciar el suelo de intrusos y entregarlos a la inversión de infraestructura. Perfecto que así sea, pero la pregunta es ¿por qué no formalizar el resto del suelo o las edificaciones? ¿Los peruanos de a pie no tienen acaso proyectos económicos en mente y no necesitan derechos de propiedad?

A la PCM le sobra ideología o le falta poner los pies en el suelo. Es esencial que los decisores recorran los asentamientos humanos, calculen el potencial ahí invertido por las personas comunes y corrientes y reaccionen ante la necesidad de seguridad jurídica para ellos y sus posesiones. En breve: que el Estado invierta en masificar derechos de propiedad para los peruanos y no solo para la empresa privada dentro de los “proyectos priorizados”. Solo así puede tener sentido el patético discurso del ministro de Vivienda sobre nuevos programas habitacionales.

 

Horacio Gago Prialé

Doctor en Derecho y profesor PUCP

 
 
Horacio Gago
24 de febrero del 2017

COMENTARIOS