Rocío Valverde

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Inmediatismo, holgazanería y salvajismo digital

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Rocío Valverde
20 de octubre del 2019


Todos los días me topo con una realidad verdaderamente deprimente. Creo que más personas leen "hilos" de Twitter que libros, más gente recurre a esa red social para enterarse de los últimos acontecimientos mundiales y son confundidos con opiniones disfrazadas de noticias que llevan el
sticker de urgente. A veces temo que la gente no esté pecando de inocente sino de holgazanería, gula de inmediatismo o salvajismo digital. Es mucho más fácil hacerte creyente de la beatificada opinión de otro que formar la propia. Entiendo que bajo la lógica estadística de Twitter hay menos posibilidades de hacer el ridículo siendo un fiel seguidor. ¿Cómo puede una persona con tres millones de seguidores estar equivocada?

Un fenómeno que propicia esta red es que produce gente con títulos de expertise express sobre un tema en lo que les tome leer 20 tweets de 280 caracteres. Quizás eso es lo que me desconsuela, la absoluta seguridad con la que una persona puede dictaminar de la forma más gaseosa sobre un tema desde su alta nube de superioridad.

Leí esto en Twitter: "...el nuevo Perú comienza con nuevas elecciones legislativas". El concepto lo había leído muchas veces desde que fácticamente se cerró el Congreso. Ha aparecido tanto en redes que debería ser regulado por INDECOPI. Al parecer este es el sacrosanto concilio al que han llegado los padres de la twitterología que visten sotana negra y roja. Mi curiosidad me hizo preguntarle a esta persona lo siguiente: ¿en los brazos políticos de quién se formará este nuevo Perú?

Obtuve una respuesta verdaderamente vaga. Me dijo este muchacho, cuyo razonamiento representa a un gran número de ciudadanos, que el Perú se iba a refundar por el Presidente, los nuevos congresistas elegidos, y que más importante aún, era el poder de los votantes. Yo no entendí nada.

Al igual que Fito Páez debí declararme incompetente en todas las materias del mercado. Debí dejarlo allí, pero me convencí de que quizás debía ser más directa, más inmediata como pide la red, y preguntar qué partido político pensaba que iba a refundar el Perú. Creí importante saber con qué ideología comulgaba este sector, qué modelo económico creían se debía seguir. ¿Cuáles eran los problemas a atacar en el Perú? ¿Minería o agricultura? ¿Lima es la horrible o la ciudad de los reyes? Esas preguntas que te sitúan en alguna parte del espectro político.

La siguiente respuesta fue el último clavo en el ataúd. Esta persona parecía creer que no era necesario que haya un partido político o tendencia política que dirija al país. Razonó que todo iría bien pues habían muchos candidatos dispuestos a afrontar la corrupción.

Me había olvidado que en el concilio también se había acordado de que la gran obra del proclamado refundador del Perú sería la lucha contra la corrupción. Esta tenía que ser la obra cumbre, pues todos los funcionarios tiemblan ante la idea de firmar salidas de dinero. Nadie está libre de que mañana le inventen encabezar o pertenecer a una mafia a la cual la cofradía se encargará de darle el nombre más chicha posible. Ya saben que Chávez dijo que él no quería un pueblo rico, sino un pueblo digno. Bueno, estamos viviendo la versión peruana.

Me propuse entender la lógica detrás de estas gaseosas afirmaciones. ¿Quizás lo que quería comunicar esta persona es que todos los partidos tendrían que renovarse? ¿Qué por algún motivo que desconozco ahora sí está en el poder de los votantes verse representados en el congreso? Quizás solamente en mi imaginación tuvimos elecciones en el 2016 con más de 20 partidos políticos, y que solo tres tenían más de 50 años de existencia. ¿Cuándo se jodió el Perú? ¿Cuándo pudo comenzar a desjoderse? ¿Por qué creen que ahora sí se puede desjoder?

Parece que para este tipo de pensador el APRA está muerto, aunque escriben diaria y furiosamente sobre él. El fujimorismo está finiquitado y los caudillos a los que mayoritariamente votaron también, llámese Humala, Toledo, PPK, Barnechea. ¿Esto quizás explica por qué tenemos más de 20 partidos? No caben razonamientos para una parte de los ciudadanos que ahora se hacen llamar pueblo o calle. El nuevo Perú se tiene que refundar obviando a un sector que la cofradía ha condenado a la hoguera. Una vez más los borregos van en busca de un caudillo a quien ponerle el título de redentor.

En este momento me encontraba tan terriblemente deprimida por el chirrido que planifique el resto de mi día alrededor de la visita a una librería. Pensaba comprar un libro y acabé con cinco de ellos y un cómic. Resistamos, no podemos ser un cordero más en camino al matadero.

Rocío Valverde
20 de octubre del 2019

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