Soda Stereo: la música que nunca se apaga

En el vasto panorama del rock en español, pocos nombres resuenan con tanta fuerza y claridad como Soda Stereo. Esta banda argentina, que emergió en la década de los ochenta, marcó un antes y un después en la música latinoamericana, redefiniendo los límites del rock en nuestro idioma y dejando una huella imborrable en la cultura popular. Pero ¿por qué Soda Stereo sigue siendo tan relevante décadas después de su debut? La respuesta radica en la combinación única de talento, innovación y una conexión emocional con su audiencia que trasciende las generaciones.

A comienzos de 1980, Argentina atravesaba la dura Guerra de las Malvinas, y en este contexto se conocerían Gustavo Cerati y Héctor “Zeta” Bosio, de 22 y 23 años respectivamente. Compartían los mismos sueños, crear una banda de rock inspirada en el sonido de la nueva ola, el ska y el rock. Bandas como U2, The Police y The Cure fueron referentes de lo que querían lograr. Formaron una primera banda con otros integrantes, pero que no cumplieron sus expectativas. Por ese entonces, Carlos Ficcichia, más conocido como Charly Alberti, buscaba contacto de manera desesperada con María Laura Cerati. Y un día de esos, el que contestó la llamada fue Gustavo. La conversación fue amena y Charly mencionó que era baterista. Fue una semana después que Cerati y Zeta visitaron la casa de Alberti y quedaron impresionados con su talento. “Fue amor a primera vista” contarían después Charly y Zeta.

El nombre de la banda es de los aspectos más característicos que se han escuchado en los últimos años. En principio, el nombre elegido era Los Estereotipos, en base a una banda inglesa llamada The Specials, que era justamente de tres integrantes. El nombre no duró mucho, ya que al poco tiempo Cerati y Bosio se arrepintieron. Entonces surgieron diferentes nombre:, Taras Bulba, Aerosol, y la versión reducida del nombre anterior, Los Stereos. Según el portal Radiónica, Cerati siempre tenía, en el garaje donde tocaban, sifones con agua mineral gasificada o bebida de marca Drago, que en Argentina le llaman soda. Como de costumbre, en una de las varias visitas de amistades que tenían en ese garage, estos bromearon diciendo que hacían música burbujeante, tal cual la soda. Como una anécdota graciosa, el padre de Charly, Tito Alberti, recuerda que cuando los tres le mencionaron el nombre Soda Stereo, él respondió: ¿Por qué no se llaman Sifón Drago? Los tres dejaron de hablarle por seis meses.

La trayectoria discográfica de Soda Stereo comenzaría un 27 de agosto de 1984, con su primer álbum homónimo y producido por el ya conocido Fede Moura, cantante de la banda Virus, quien apadrinó y estableció una estrecha relación con la banda. El trío fue acompañado por Daniel Melero en teclados y Gonzo Palacios en el saxo. De este disco saldrían grandes éxitos como “Trátame suavemente”, “Sobredosis de TV” y “Te hacen falta vitaminas”.

Ese primer álbum fue el que hizo que toda una nación conociera el nombre del grupo. La frescura lírica y musical, y esa onda influenciada por el mundo anglosajón, entusiasmó mucho al público. Pero fue el segundo álbum, “Nada personal”, lanzado solo un año más tarde, lo que terminó de abrirles las puertas al resto de Latinoamérica, con canciones icónicas como “Juegos de seducción” y “Cuando pase el temblor”. Este segundo álbum fue tan impactante para el público, que, a solo dos años de su debut discográfico, cumplieron el sueño de cualquier banda argentina: tocar en el Estadio Obras de Buenos Aires, conocido como “el templo del rock”. Soda continuó produciendo música durante más de una década, con siete álbumes de estudio, cuatro álbumes en directo y 17 álbumes recopilatorios.

Pero todo tiene su final. El 1 de mayo de 1997 Soda Stereo anunció de manera oficial su retiro mediante un comunicado de prensa. Como despedida decidieron hacer una pequeña gira mundial, con solo cuatro conciertos, en México, Venezuela, Chile y Argentina. Fue en este último país, específicamente en el imponente Monumental de River Plate frente a 60,000 almas, donde después de cantar la tan conocida canción “De música ligera”, Gustavo Cerati dejaría una frase imborrable: “No sólo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde el comienzo; algunos siguen hasta hoy. ¡Gracias totales!”.

Soda Stereo es más que una banda; es el eco de los sueños de toda una generación, un latido que aún resuena en cada rincón de América Latina. Incluso hoy, cada vez que suena una canción de Soda Stereo es como si el tiempo se detuviera, reviviendo esa chispa de juventud, libertad y desafío. Nos demostraron que la música puede ser un hilo invisible entre lo pasajero y lo eterno, lo íntimo y lo colectivo. Y aunque los años transcurran, siempre habrá un acorde, una voz, un ritmo que nos invite a cerrar los ojos, dejarnos llevar y recordar que lo más valioso de la vida es seguir cantando, buscando una nueva melodía que nos haga sentir vivos.