Sergio Diaz

Que suene el futuro, pero que se toque

El vinilo no solo ha sobrevivido: ha conquistado a las nuevas generaciones

Que suene el futuro, pero que se toque
Sergio Diaz
29 de mayo del 2025


Según la Industria Fonográfica Británica, en el año 2023 la venta de vinilos llegó a su punto más alto después de 30 años. Eso quiere decir que existe una generación de personas nacidas entre bits y pantallas táctiles que ha extendido las manos a un formato musical que llevó algunos años olvidado entre cajas de madera y polvo. El vinilo ha vuelto a tomar las riendas de la música para llevarla a sus oyentes de la manera más orgánica y natural posible.

El aumento de coleccionistas y oyentes de este formato continúa de manera constante, a tal punto que ya no solo se coleccionan vinilos de época, sino que la nueva música ha encontrado un mercado importante en este planeta viejo pero vivo. El fenómeno no se limita a un grupo de nostálgicos; artistas contemporáneos de géneros tan diversos como el pop, el indie, el hip-hop o incluso la música electrónica han decidido lanzar sus álbumes en vinilo. Lo que parecía un guiño estético, se ha transformado en una decisión artística que le devuelve a la música algo que parecía olvidado: el peso del objeto, la importancia del arte de tapa, el orden intencionado de las canciones. Pero ¿por qué un disco de otro siglo hipnotiza a una generación que crece entre clics?

Si nos fijamos en el aspecto técnico y en la ingeniería del vinilo como formato, James Tang, coleccionista de vinilos famoso, el vinilo tiene continuidad gracias a que la música en un vinilo está "escrita" en una serie de ranuras en espiral. Piensa en una montaña rusa musical: esas líneas en espiral son el camino que la aguja del tocadiscos recorre, transformando cada curva y giro en sonido. Cada disco tiene su propia aventura, y por eso escuchar un vinilo siempre es emocionante. Nunca sabes qué detalle nuevo vas a notar. En el caso del sonido digital, la calidad de sonido depende de la plataforma a la que estés suscrito. Además, las pistas de audio digital son comprimidas para luego unirlas y formar la canción.

Muchas veces confiamos más en Internet que en nosotros mismos. Y en el caso de la música es igual. Algo que a muchas personas nacidas entre tecnología y televisores de última calidad nunca se les hubiera ocurrido, es que la música se pudiera agarrar. Estamos tan acostumbrados a tener conexión a todo tipo de listas musicales, que cuando el internet desaparece por una fracción corta de tiempo, no sabemos qué hacer. Por poner un ejemplo, el polémico caso de Taylor Swift y Spotify en el 2014, donde tras una disputa, las canciones de esta artista fueron removidas de esta aplicación de streaming. La diferencia al adquirir un vinilo es clara. Comprar un disco es volverse dueño de la música, no un simple oyente. Las aplicaciones como Spotify o Apple Music pueden ser la solución para un disfrute rápido, pero como cualquier servicio, tiene parámetros y fallas fuera del control propio. 

Regresando a los protagonistas de este suceso, la juventud actual no solo busca música, busca un significado. No es solo un capricho estético, es el sentimiento de pertenencia a una cultura que va en contra de la inmediatez de la tecnología. Porque comprar discos es una experiencia, que comienza desde el momento en el que encuentras el disco que tanto anhelas en una tienda. Llegar a casa, sacarlo de su funda de cartón y colocarlo en el tornamesa delicadamente, para que después el brazo, con la aguja en el final, genere la fricción que convertirá el sonido en frecuencias eléctricas. Ese ritual casi religioso se planta como un roble frente al play instantáneo de los celulares y reproductores más avanzados en tecnología. Y como todo culto importante, trasciende edad, sexo y época.

El renacimiento del vinilo no es una moda pasajera ni una simple nostalgia prestada: es una respuesta emocional y sensorial a la saturación de lo inmediato. En cada vuelta del disco, esta generación encuentra una pausa, una textura, un momento propio. Quizás por eso, mientras el mundo avanza a toda velocidad, cada vez más jóvenes eligen detenerse, colocar una aguja sobre una espiral de sonido y escuchar con el cuerpo entero. Porque en tiempos líquidos, escuchar música en vinilo es, también, una forma de resistir.

Sergio Diaz
29 de mayo del 2025

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