Nicolas Nadramia
Salud sin conocimientos básicos
Solo 2.8% de peruanos con problemas mentales tienen atención médica
Hablar de salud mental en el Perú es algo nuevo, ya que siempre se ha considerado un tabú, desde una persona que reside en La Encantada de Villa hasta un pueblo no registrado en el medio de la selva peruana. En Lima hoy en día muchos solo relacionarán a la salud mental con la depresión o la locura, asumiendo que quienes padecen de estas enfermedades son “personas de muy mala reputación” y que “les encanta llamar la atención”, cuando esta sección se trabaja desde el año 1961 en la Organización Mundial de la Salud.
El Perú lleva poco enfocándose en este tema, a causa de los tabúes y el desconocimiento. El MINSA calcula que cerca del 20% de la población del Perú padece de algún trastorno mental. Si hacemos el cálculo rápido con el último informe de CPI sobre la población del Perú, vienen a ser casi 6.50 millones de peruanos los que padecerían alguna enfermedad mental. Sin embargo, pocos lo saben o se tratan, a pesar de que el pasado 23 de mayo se promulgó la Ley N° 30947, que garantiza el acceso a los servicios de promoción, tratamiento y rehabilitación a través de las comunas públicas.
Utilizando datos publicados en el portal Datos Abiertos, del Gobierno peruano, pudimos comparar las fuentes citadas junto a las personas que han recibido tratamiento: 52,611 personas se atendieron durante el año 2017 en Lima Metropolitana y 21 regiones a nivel nacional. La violencia familiar es el principal diagnóstico, con 18,387 personas atendidas (34.95% del total); seguida por la ansiedad, con 12,680 (24.1%) y el trastorno depresivo (23.6%). En esta base se diagnosticaron diez tipos de enfermedades, las cuales son las ya mencionadas junto a la psicosis, los trastornos alimenticios, el déficit de atención, el consumo de alcohol, el consumo de drogas, los intentos de suicidio y la violencia escolar. De todo lo recopilado, la región Junín fue la que registró más casos, con 6,559 en total (12.47%), seguida de Lima Metropolitana con 5,288 casos (9.94%) y Huánuco con 5,167 personas atendidas (9.82%).
Sumado a lo anterior, son las mujeres las principales afectadas, ya que son 31,404 las atendidas, a diferencia de los hombres que llegamos a los 21,207; lo que da una diferencia porcentual de 19.38%. Los problemas que más afectan a las mujeres son la violencia, la ansiedad y el trastorno depresivo; mientras que los hombres tiene como principal enfermedad el consumo de alcohol, el déficit de atención y el consumo de drogas como los diagnósticos en los que superan a sus compañeras.
Con los datos mencionados y las fuentes citadas, afirmamos que solo el 2.8% de las personas del informe del MINSA se llegaron a atender, según la base de datos. Lo que nos lleva a la pregunta de dónde está el 97.2% restante. Tomemos en cuenta que, dos años después, el número de casos pudo aumentar. Junto con ello, la Organización Mundial de la Salud solo considera a seis de los diez trastornos antes mencionados como enfermedades mentales: consumo de alcohol y drogas, violencia escolar y violencia familiar, junto al maltrato, son más que nada causas y efectos de la depresión, ansiedad o la psicosis.
Lo más alarmante de esto es que la violencia familiar es el principal diagnóstico en el informe publicado por el Estado, dando a entender el desconocimiento del Gobierno sobre esta rama de la salud que ya se ha vuelto –enhorabuena– una problemática a atender en la agenda social. Aun así hay mucho por avanzar para promover la salud mental mediante campañas que busquen concientizar a la población y sobre la importancia de saber identificar los síntomas para poder prevenir esta enfermedades y tratarlas.
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