Cesar Gutierrez
Respuesta a las tendenciosas informaciones económicas
Se pretende generar caos para una desclasificación en riesgo país
La protesta callejera que estamos experimentando por la vacancia de Martín Vizcarra, tiene que ser analizada con celeridad y acuciosidad por la gestión del presidente Manuel Merino y el premier de Antero Flores-Aráoz, para una respuesta efectiva.
No se trata de actos espontáneos y aislados. Tiene todas las características de las revueltas organizadas en el último trimestre del 2019, que hicieron tambalear al gobierno de Iván Duque en Colombia y que llevó a capitular a Sebastián Piñera, para convocar al plebiscito realizado hace menos de un mes. Un plebiscito que han ganado los opositores y que está llevando a la conformación de una Asamblea que reformará la Constitución pinochetista de 1980.
Hay una diferencia entre lo ocurrido en los dos países mencionados y lo que estamos viviendo. Aquellos eran y son gobiernos ya formados, con una estructura de poder; en nuestro caso estamos ante un Gobierno que busca formarse rápidamente y, por ende, muy vulnerable.
La estrategia en todas estas protestas es la misma: la confluencia de ataque de frentes diversos, donde algunos medios de comunicación y las redes sociales juegan el rol de azuzadores. Activistas callejeros experimentados salen a la calle y la gente, enardecida por lo que algunos vociferan, llega a ser incontrolable. Se practicó con éxito en el período 2010-2012 en la llamada Primavera Árabe, que se trajo abajo a los gobiernos de Túnez, Egipto y Libia. Siempre hay grandes promotores. En el caso árabe se ha señalado a George Soros como uno de ellos, que coincidentemente en nuestro país es el financista de las oenegés defensoras de Vizcarra.
Uno de los frentes que se está usando en el Perú es generar alarmismo económico. He recibido muchas llamadas de agentes económicos de otros países con los que tengo interacción, que se muestran muy preocupados. Los diarios locales han reportado “caídas” en el rendimiento de nuestros bonos globales, “subidas inéditas” en el tipo de cambio y “descensos” espectaculares en la Bolsa de Valores de Lima (BVL). Nada de eso es cierto, y corresponde salir a enfrentar la información falsa y malintencionada que busca una desclasificación en el riesgo país, para incrementar el alarmismo e intentar el retorno de Vizcarra.
Una buena medida de la forma como nos percibe el mundo económico es el indicador EMBIG (diferencia de rendimientos de bonos globales peruanos respecto a bonos del Tesoro americano). El índice al día 10, día posterior a la vacancia fue de 144. Es importante compararlo con valores de otras fechas. A más alto el valor, la mirada de nuestra economía es menos propicia.
En noviembre el valor más alto ha sido de 150, que se registró el día 2. En octubre, el máximo valor llegó a 167, el día 2. En septiembre alcanzó 183, el 22. En agosto fue de 151, el 31. Y en julio llegó a 179, el día 14. Entonces ¿cuál es la alarma?
En relación al tipo de cambio entre el día 11 y 10 se incrementó en 3.4 centavos de sol/dólar, que representa un 0.95%. En cuanto a la BVL el índice general cayó en -5.38% el día 10, pero el 11 empezó a recuperarse, experimentando un incremento de 0.93%.
No hay que caer en el falso discurso. Debemos difundir la realidad en los ámbitos a los que tenemos acceso. Por su parte, el presidente Merino y sus ministros tienen que tener claro el terreno y los mensajes que hay transmitir para impedir que la turbamulta digitada desestabilice al Gobierno.
COMENTARIOS