Cesar Gutierrez
Extinción del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles
Luego de 21 años de vaivenes, con perjuicio a suministradores y al Estado
Se acaba de expedir la partida de defunción del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC), con la decisión de Petroperú SA (PP), Refinería La Pampilla SA (Relapasa) y Pluspetrol, de retirarse de aquel, siendo necesario recordar que la participación en este mecanismo era voluntaria.
En 21 años de vigencia (septiembre 2004-noviembre 2025) la interpretación de su eficacia depende de la vereda de donde se observe, con una realidad, tuvo costo tanto para la caja fiscal, como para los productores e importadores que participaron en el fondo.
Su creación en septiembre del 2004, durante el gobierno de Alejandro Toledo, fue una iniciativa de Relapasa, bajo el supuesto que podía alinear a PP en precios, dado que desde la petrolera estatal se marcaba precio al mercado por debajo de las expectativas de la multinacional española.
El contexto de la creación del fondo era las consecuencias de la invasión de fuerzas estadounidenses a Irak, entre marzo y mayo del 2003, que inició con un precio de WTI de 30 US$/barril, pero que en mayo cayó a 28 US$/barril, pero de allí a septiembre del 2004 se experimentó un incremento a 45 US$/barril.
El concepto era que ante un incremento de precios no trasladarlo al consumidor, y que el FEPC hiciese una anotación en cuenta para recuperar por parte de las empresas. Cuando el precio descendía, el productor o importador no aplicaría la reducción hasta que se recuperase la anotación que se tenía en el fondo.
Era una bonita teoría elaborada por privados que no se ponían del lado del pensamiento del gobierno de turno, tres fueron las omisiones garrafales: no prever incrementos sostenidos (ocurrió entre mayo 2003 hasta octubre 2008); que si el gobierno tenía que devolver las anotaciones, lo haría pensando en las cifras macros (ocurrió entre julio del 2006 hasta octubre del 2008) y que se había un descenso abrupto de precios, el gobierno haría presión para la bajada de precios (ocurrió en octubre del 2008 con la crisis del subprime).
En el período 2006-2008 el FEPC acumuló anotaciones por devolver que afectaron seriamente el capital de trabajo de PP y Relapasa, y fue materia de críticas por no hacer devoluciones y por no eliminar el fondo y pasar a un sinceramiento del precio de los combustibles
El segundo gobierno de Alan García heredó una cotización del WTI de 71 US$/barril en agosto del 2006 y de allí hubo una escalada alcista imparable hasta junio del 2008 que llegó a 134 US$/barril. A esto hay que agregar que recibió de Alejandro Toledo una inflación de 1.5 % al cierre del 2005 y una tendencia a la baja que terminó en 1.1% en diciembre del 2006, pero en el 2007 hubo un repunte a 3.5% y en el 2008 llegó a 6.6%.
Si se hubiera sincerado el precio de los combustibles desde el 2007, la inflación podría haber sido mayor, más que por su incidencia en la canasta del Índice de Precios al Consumidor, por temor, dada los antecedentes inflacionarios del gobierno aprista del período 1985-1990. Mirado así, el FEPC sirvió para la estabilidad del gobierno que fue bonificado en abril del 2008 con la calificación de “grado de inversión”.
El antecedente de dosificar en extremo la devolución de las anotaciones pendientes de pago, practicado por el segundo gobierno aprista, se convirtió en práctica consuetudinaria por todos los gobiernos siguientes, con lo que se desnaturalizó el concepto del fondo, en lugar de ser revolvente devino en subsidio con costo fiscal, con afectación a las finanzas de productores e importadores, porque los gobiernos devolvían las anotaciones sin fecha definida.
Hoy que la realidad sepultó el fondo, el precio debería reflejar un mercado de competencia, que corresponde a Indecopi vigilarlo. Los antecedentes de esta institución en el mercado de precios de combustibles no son buenos, y corresponde seguir con agudeza el comportamiento de los agentes para alertar públicamente las distorsiones.
















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