Realidades paralelas

Me levanto todas las mañanas y lo primero que hago es apagar mi app que estudia mi patrón de sueño. Parece que esta noche he dormido fatal, pero una siesta de 24 minutos me debería poner en pleno funcionamiento. “Activa tu organismo con dos vasos con agua” me recuerda mi app de alimentación saludable. ¡Qué maravilla! Es que si no me lo recuerdan puedo pasar el día tomando chai lattes o té Kusmi, y el agua sin probarla. “Tu desayuno debería tener 420 calorías”, una vez más mi app de nutrición salva la mañana. Entre pesadas de comida, suma de calorías y valores nutricionales encuentro el desayuno ideal. Hoy desayunaré yogurt con avena y una tostada de pan de calabaza con salmón ahumado.

“El Museo del Prado ha empezado una transmisión en vivo”, me avisa Instagram. Deben ser las 9:00 de la mañana y, estando de vacaciones, me voy temprano al gimnasio para poder hacer una sesión corta de elíptica y echarme un partido de frontón. “Has estado muy activa hoy. Bebe dos vasos más de agua y aumenta 300 calorías a tu dieta”. Mi app saludable se ha sincronizado con mi Fitbit, y al parecer he estado al borde de una taquicardia. Toda la información en la palma de tus manos, siempre y cuando tengas acceso a un teléfono celular, una red de Internet y energía eléctrica.

Al Minsa le han llovido críticas por la aparente frivolidad de su plan ALMA, la tristemente célebre aplicación móvil para combatir la anemia. Y en algo se merecen toda la retahíla de gritos de indignación. Según el video tutorial de ALMA, disponible en la página de Youtube del Minsa, el usuario promedio tiene instalado en el celular la aplicación Pinterest, Cineplanet, banca móvil del BCP, BandsInTown y tres aplicaciones para el Instagram. ¿Esperan que los usuarios de ALMA suban sus desayunos de sangrecita a sus historias del gram?

En el plan nacional para la reducción y control de la anemia se expone que las regiones con mayor índice de anemia en menores de tres años son Puno (76%), Madre de Dios (58%), Apurímac (56%), Pasco (56%) y Loreto (55%). En el 2017 el 33% de los niños de Lima metropolitana sufrían de anemia, y en tan solo un año la cifra ha subido a 41%. ¿A quién va dirigida esta app del Play Store? Probablemente a los padres de nivel socioeconómico A, B y C, que tienen acceso a internet, electricidad y agua potable. Estas serán familias que malnutren a sus hijos, no son familias que simplemente no tienen de dónde comer. Los padres de la región del norte que perdieron todos los servicios básicos por el fenómeno de El Niño costero no tendrán como prioridad descargarse una aplicación móvil. Imagino que conseguir agua potable estará a la cabeza de su lista.

Los esfuerzos del Minsa en su guerra contra la anemia, como las numerosas campañas de información, desparasitación y la implementación del arroz fortificado en los programas sociales, se ven enturbiados por una muestra más de desconexión total con la realidad del Perú, donde por primera vez en diez años ha aumentado la pobreza. Al día de hoy hay 375,000 nuevos pobres. No lo olviden, pues esa es la herencia que nos deja el “Gobierno de lujo”.