Jorge Morelli

Poco une a las dos mitades del Islam

Poco une a las dos mitades del Islam
Jorge Morelli
06 de enero del 2016

Sobre la ruptura política entre Arabia Saudita e Irán

Parece claro que la situación provocada por el gobierno sunita de Arabia Saudita al ajusticiar a un clérigo chiita vinculado a Irán, es una respuesta de la monarquía saudí a la firma del tratado de EEUU con Irán para el desarme nuclear. Y también la decisión política de aumentar la producción saudí de petróleo hasta tumbar el precio por debajo del costo de producción de los pozos iraníes hasta sacarlo de la competencia. Claramente, el gobierno de Arabia Saudita está furioso con su viejo aliado americano.

La respuesta iraní ha sido quemar la embajada saudí en Teherán. La ruptura de relaciones diplomáticas de Arabia Saudita con Irán es la retaliación inmediata.

El conflicto beneficia al Estado Islámico en la medida en que divide a las fuerzas que luchan en contra suya.

De un lado, entonces, tenemos ahora a EEUU y la coalición, a Turquía -miembro de la OTAN, donde está la base aérea americana de Incirlik- y a su hoy resentido aliado saudí, de creencia sunita.

Y, del otro, a Rusia y sus aliados chiitas de Irán y Siria. Y en el medio a Iraq, gobernado por chiitas, cuyo ejército combate con los asesores norteamericanos.

Los sunitas –la rama tradicional del Islam, heredera de Mahoma, donde el Estado y la religión son todavía una sola cosa- son el 90 por ciento de la población del Islam. Los chiitas –herederos del yerno de Mahoma, Ali, donde la relación de cada musulmán con su fe es más libre- son un diez por ciento, una minoría contestataria empobrecida y oprimida en todas partes.

Acaso suceda entre ellos como en el enfrentamiento entre el Emperador Carlos V, defensor de la fe católica, y el protestantismo de Lutero en la Europa del siglo XVI. Sin embargo, ya quinientos años atrás, Francisco I, el rey cristianísimo de Francia, no tuvo reparo alguno en aliarse con el sultán musulmán de Turquía, Suleiman el Magnífico, para hacer frente a su archienemigo el Emperador. Reyes cristianos enfrentados entre sí hasta el punto de la alianza de uno de ellos con el sultán islámico ya es historia antigua.   

Tal parece que las dos vertientes del Islam no tendrán reparos tampoco en pactar hoy con las dos vertientes de las grandes potencias de Occidente: Rusia y EEUU.

Lo que une a las dos mitades del Islam y de Occidente, por ahora, es solo la necesidad de erradicar al Estado Islámico antes de ventilar sus diferencias abiertamente.

Por: Jorge Morelli (@jorgemorelli1)

Jorge Morelli
06 de enero del 2016

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