Pobre combate gubernamental del virus chino

Los hechos

El Covid-19 es real. Se contagia con facilidad y puede causar complicaciones serias y la muerte, sobre todo si el contagiado tiene factores previos de riesgo, como diabetes, hipertensión u obesidad mórbida. Por otro lado, recientes estudios estadísticos arrojan que solo 6% de los muertos no tenían factores de riesgo previos, lo que lleva a enfocarse en los sectores de riesgo.

El virus proviene de laboratorios ubicados en Wuhan. El Gobierno chino y sus embajadores (incluido el embajador en Perú) usaron su poder para ocultar o demorar la información, y amenazar con sanciones a los países que impusieran restricciones tempranas.

En EE.UU. han medido una mayor mortalidad entre personas de ascendencia iberoamericana (los mal llamados “latinos”) o africana de piel negra. Lo que no se ha demostrado aún es si dicha mortalidad obedece a mayor fragilidad por causas genéticas o a factores culturales relacionados a la mayor calidez y cercanía social –en comparación con la cultura sajona y germana–, o a condiciones médicas derivadas de la cultura culinaria afrodescendiente e iberoamericana.

La OMS, dirigida por un confeso marxista, ha enviado información errada acerca de los mecanismos de la enfermedad y la forma de tratar con éxito a los pacientes desde el inicio de la pandemia (cuya declaración demoró inexplicablemente). Durante el tiempo que duró la credibilidad de la OMS, han fallecido en occidente decenas de miles de personas.

Existen en todo el hemisferio occidental organizaciones explícitamente interesadas en destruir los cimientos políticos de la democracia representativa y los cimientos económicos del capitalismo, que combinados constituyen la única revolución exitosa en los últimos 2,000. Y que ha acercado, como ningún otro sistema, a la humanidad a la igualdad de derechos y oportunidades; y la única que ha demostrado ser capaz de disminuir significativamente la pobreza.

Estas organizaciones –bajo el disfraz del socialismo, el comunismo (socialismo sin cubierta azucarada) o el fascismo– pueden tomar forma de partidos políticos, oenegés, movimientos sociales, conglomerados periodísticos, universidades, infiltraciones en el clero y hasta en sus más altas jerarquías para intentar instaurar una monarquía plebeya(*). La Coordinadora Continental Bolivariana, su sucesora Asamblea de los Pueblos, el Foro de Sao Paula y el Grupo de Puebla son confesos instrumentos de coordinación, agitación y propaganda al servicio de tal objetivo.

Detrás de estas organizaciones, además de las potencias VRIC(**), hay financiamiento de fortunas inescrupulosas, entre las que destaca visiblemente la de George Soros.

El equipo de Gobierno de Martín Vizcarra ha evidenciado una inusual habilidad política para demoler adversarios; y cuenta en sus filas con notorios miembros de las organizaciones descritas en el quinto y sexto párrafo de este artículo. Incluso al más alto nivel, según diversas fuentes.

El análisis

Nunca sabremos a ciencia cierta si el virus se expandió por negligencia punible o si estamos ante un ataque biológico. Lo razonable para acercarse a la verdad es usar un principio básico de la investigación criminal, preguntarnos quién se perjudica y quién se beneficia con la expansión global del virus chino. Una tarea intelectual que, por límites de espacio, dejo a cada lector.

El régimen económico peruano nunca llegó a ser capitalista por la longeva resistencia de la normatividad socialista con un Estado hipertrofiado (que genera deliberada dependencia remunerativa). Una hipertrofia impuesta por la dictadura militar (1968-1989) que, como todo indica, condicionó su supervivencia para devolver el poder a la civilidad. Ese freno a la verdadera revolución se sustenta, en parte, en la conciencia moral inducida en la población mediante la religión, el magisterio y la cátedra capturadas; a pesar de la evidente incompatibilidad con el raciocinio capitalista salvaje de la inmensa mayoría de peruanos, en lo que a beneficios económicos y patrimonio se refiere.

La desacreditación deliberada de los poderes del Estado distintos del Ejecutivo favorecen el avance hacia la implantación de una monarquía plebeya, como la que existe en Cuba y Venezuela.

El “aislamiento social” prolongado, el toque de queda, las prohibiciones y los costosos “protocolos”, con devastadores efectos económicos –tanto sobre empresarios locales de todo tamaño como sobre los empleados– resultan, cuando menos, funcionales para la implementación de la dictadura monárquica plebeya. Ya Fidel Castro y Hugo Chávez demostraron la eficiencia política de mantener a la población concentrada en sobrevivir; antes Hitler, Stalin y Mao hicieron uso extensivo del aislamiento obligado para evitar cualquier forma de organización o conspiración política ajena a su control.

A la destrucción moral de las jerarquías castrenses, se sumo la de la “clase política”. Ahora se agrega el debilitamiento de los grupos locales con poder económico. 

Las conclusiones

En economía y en política los vacíos se llenan, y los que se tornan débiles son desplazados. Evalúe usted, lector, quien se beneficia con la no contención de la pandemia, las conclusiones racionales irán mostrándose con claridad.

* Las máscaras del fascismo (J. C. Lechín)
** Venezuela, Rusia, Irán y China