Perú en la oscuridad: la herencia del miedo

"Perú en la Oscuridad" es un programa producido por jóvenes universitarios que explora la época del terrorismo en el Perú. Disponible en Spotify, su quinto episodio, titulado “Experiencias (Generación Z)”, aborda cómo los jóvenes de veinte años perciben el legado de esos años oscuros, a través de los relatos de sus padres y abuelos. Estos testimonios revelan cómo el miedo se transmite inconscientemente de generación en generación.

Nikole, una de las participantes, compara esos relatos con cuentos de terror narrados para asustar a los niños, con la perturbadora diferencia de que esos relatos son reales. Por su parte, Mateo recuerda que su madre le hablaba de un país donde "la confianza se había perdido", reemplazada por rumores y una incertidumbre paralizante. Los jóvenes concluyen que ese miedo, aunque silencioso, dejó una huella indeleble en la memoria colectiva de las familias peruanas.

El derecho a la memoria
Las nuevas generaciones tienen el derecho —y la responsabilidad— de conocer la verdad sobre el pasado. Padres y abuelos deben compartir lo vivido durante los años del terrorismo de Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Por respeto a las víctimas, deberían pedir perdón si aún no se ha hecho. Las víctimas no deben ser olvidadas, pues ellas eran personas reales, con nombres, historias y sueños truncados por la violencia terrorista en el Perú.

Ignorar la historia no solo perpetúa el olvido, sino que abre la puerta a manipulaciones que distorsionan los hechos. Algunos intentan redefinir los años del terrorismo como un “conflicto político” o “conflicto armado interno”. Sin embargo, SL y el MRTA fueron responsables de una guerra despiadada contra el Perú, sembrando terror, destruyendo familias y obligando a miles de peruanos a abandonar sus hogares en la sierra y la selva.

El peligro del olvido
¿Quién nos asegura que estas tragedias no se repetirán si los jóvenes desconocen nuestra historia? La memoria histórica no es solo un ejercicio académico, sino una herramienta esencial para prevenir futuras tragedias. Durante las décadas de 1980 y 1990, el terrorismo cobró la vida de más de 25,000 peruanos, dejando niños huérfanos y familias devastadas. Silenciar este pasado sería un acto de complicidad.

Debemos ser conscientes de los esfuerzos perversos que han hecho desde distintos sectores: la política, el arte y hasta la academia, por blanquear la historia del terrorismo. Aunque nuestras Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y los comités de autodefensa lograron derrotar militarmente a los subversivos, la ideología que los motivó sigue latente, adaptándose a los nuevos tiempos.

Reconocimiento a los héroes olvidados
En este ejercicio de memoria, también es de justicia recordar a los miles de miembros de las Fuerzas del Orden que dieron su vida, sufrieron heridas o quedaron con discapacidad defendiendo nuestra sociedad. Su sacrificio en defensa del país, la ley y la Constitución merece nuestro respeto y reconocimiento.

Por ello, iniciativas como “Perú en la Oscuridad” son valiosas y necesarias. Forman parte de un esfuerzo por preparar a las nuevas generaciones, quienes asumirán la conducción del país en el futuro. Que nunca olvidemos lo que significa vivir en libertad. Que nuestra historia nos enseñe a preservarla.