Cesar Gutierrez

Penúltima batalla entre fósiles y renovables

Ataque de gasíferos sin tregua hasta último minuto

Penúltima batalla entre fósiles y renovables
Cesar Gutierrez
21 de noviembre del 2024


Dicen los prestidigitadores de la Plaza Bolívar que esta semana entrará al debate en el pleno el dictamen del proyecto de ley que trata de las energías renovables (RER). El momento en que ocurrirá entra al dominio de la diversidad de las horas canónicas, pero aseguran que de todas maneras se hará.

De darse como se anuncia y la votación resultase favorable a los RER lover´s, será el penúltimo paso, porque el último ocurrirá en la Casa de Pizarro, donde es de conocimiento público que las preferencias palaciegas están más cerca de los grupos de interés con mayor poder fáctico. 

Soy partidario de una mayor participación de las RER en la demanda de electricidad, por representar diversidad en la oferta y tener precio muy competitivo que favorecerá al consumidor, cuando se les permita contratar con clientes libres (consumidores de más de 200 kilovatios) y distribuidores de electricidad. 

El dictamen en discusión permite a los generadores solares ser oferentes en horario diurno (de 8:00 a 17:00 horas), cuando su precio de venta de energía está en un orden de 40% menor que el ofrecido por los termoeléctricos a gas natural (GN). 

Toda la prédica mediática opositora de la red gasífera (productores, transportistas, distribuidores y generadores eléctricos), parece tener un solo fin, favorecerse de la crisis de escasez de oferta de bajo costo y del bajísimo horizonte de reservas de GN. Vale la pena escudriñar sobre los dos temas. 

En el caso eléctrico, el Comité de Operación Económico del Sistema (COES) ha expuesto en documento público que en el segundo semestre del 2026 la oferta de bajo costo (hidráulicas convencionales, RER y termoeléctricas a GN), será escasa e insuficiente para cubrir la demanda, y se tendrá que recurrir a termoeléctricas a petróleo diésel (D2).

Dependiendo del crecimiento de la demanda y de la hidrología (cantidad de lluvias), las carencias pueden presentarse antes del 2026. La escasez de oferta de bajo costo según el COES hará que el precio se duplique. Se tiene el antecedente por hidrología baja en el 2023, donde se llegó a quintuplicar el costo de la electricidad para determinadas transacciones de mercado. 

En las condiciones señaladas las termoeléctricas e hidroeléctricas reciben ingresos como si su combustible fuese el D2, esto ocurre por la metodología de formación de precios. Si ingresan a operar más centrales RER se atenuarían los costos; es obvio que esto no gusta a los operadores existentes, a quienes les interesa maximizar sus ingresos. Los productores, transportistas y distribuidores de GN les motiva que se incremente el flujo de GN, de esa manera rentarán más. 

El segundo tema es la crisis de las reservas de GN que, según versión de parte de los operadores, en el lote 88 (Camisea) que es donde se tiene precio preferencial para generación eléctrica, se agotarán en 15 años. En esas circunstancias inexplicablemente el transportista de gas de Camisea a Lima nos anuncia que puede invertir 2,000 millones de dólares (MMUS$) para tender un gasoducto de Humay (Pisco) a Mollendo e Ilo, donde están las termoeléctricas de Puerto Bravo y NEPI, respectivamente. 

Tomando como referencia la inversión y el horizonte de 15 años por las reservas, el ingreso anual necesario para amortizar la inversión y cubrir los costos de operación y mantenimiento asciende a 394 MMUS$ al año. Es evidente que no se cubrirán los ingresos a precio competitivo y la duda que se genera es que si su apuesta es por un horizonte de más de 15 años, para lo cual tendría que haber más reservas de GN.

No es creíble que se haga proyecciones de inversión con reservas por descubrirse, lo único que hay en cartera es la cuenca de Madre de Dios, donde existen tres áreas, que acaban de otorgarse en Convenio de Evaluación Técnica (actividad pre exploratoria) por dos años, si los resultados fuesen auspiciosos se entraría a etapa exploratoria que, de dar resultados positivos, se pasaría a etapa de desarrollo de campo. Con vientos favorables, en el 2034 se tendría producción. 

Todo lo señalado supone que se tendrá la precisión de un reloj suizo con los tiempos, lo que no existe, porque las áreas otorgadas en Madre de Dios, están entre el Parque Nacional Bahuaje Sonene y el Área Nacional Protegida del Candamo, sacrilegio para el ambientalismo. 

La única forma que haga sentido la operación de un nuevo gasoducto es que en Camisea existan reservas no declaradas y que, aprovechando la crisis se negocien explotarlas a regalías muy bajas y que el transportista consiga que la concesión se le alargue por un plazo de 10 años después del vencimiento actual (2034), intención que ya han manifestado. 

Con lo señalado ahora se puede entender la satanización de las RER desde el predio de los fósiles.

Cesar Gutierrez
21 de noviembre del 2024

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