No queremos ideología de género

Recientemente la presidente de la República, Dina Boluarte, se subió al bus del antiprogresismo y arremetió duro contra la ideología de género en la malla curricular educativa nacional. Es una acción desesperada del Gobierno para unirse a la corriente ideológica que fomenta las buenas costumbres y la protección de la familia, debido a que la mandataria cuenta con baja aprobación en un país que es altamente conservador.

Sin ninguna duda es un acierto por parte de Boluarte deslegitimar las ideas progresistas que destruyen el concepto de familia y que trata de imponer pensamientos degenerados en nuestros niños. Sin embargo, es necesario entender que un acierto no hace que esta administración deje de ser nefasta; pero de eso hablaremos otro día.

Situándonos tácitamente en la ideología de género, su prohibición en los centros educativos no refleja homofobia ni ningún tipo de exclusión a personas de la comunidad LGBT, sino que pone en prioridad la educación de los menores sobre los pensamientos de una minoría que quiere definir la palabra “aceptación” como imposición.

Es necesario darnos cuenta de que la orientación sexual no debe ser un tema de conversación en las escuelas. Si bien es cierto, debe haber respeto alguno sobre la preferencia u orientación sexual, no es viable adoctrinar a un menor, que normalice que existen más sexos, adicionales al masculino y femenino, porque no es cierto.

La imposición de estas ideología, distorsiona la realidad humana y social. Somos un país altamente conservador que durante siglos ha defendido a la familia, y no podemos permitir que el progresismo siga haciendo este tipo de daño a nuestros niños.

Los centros educativos deben ser el nicho para debatir cuestiones de historia real de lo que sucede en el Perú, en lugar de promover pensamientos sin sentido aparente sobre las preferencias sexuales de la minoría. Se debería contar cómo las fuerzas armadas salvaron al país del terrorismo y como los gobiernos caviares han logrado que poco a poco nos vayamos hundiendo en la podredumbre política.

Tenemos que identificar, desde las escuelas, que los niños de ahora son los votantes del mañana, que de ellos va a depender el futuro de nuestra nación. No perdamos el tiempo imponiendo ideas equivocadas. Enseñemos lo que de verdad ocurrió en el Perú, para no volver a cometer los mismos errores del pasado.