Millones de empleos se pierden en América Latina

Es indudable el efecto catastrófico que ha tenido el Covid-19 sobre el tiempo de trabajo y los ingresos laborales en el mundo. En América Latina y el Caribe la pandemia ha causado la pérdida de 5.7% de las horas de trabajo en el segundo trimestre de este año, lo que equivale a 14 millones de trabajadores a tiempo completo. Así lo afirma un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzado en Ginebra, la segunda edición del observatorio sobre “El Covid-19 y el mundo del trabajo”, que incluye información regional y sectorial para medir las dimensiones del gran desafío que plantea la crisis del mundo del trabajo.

En el mencionado documento (citado en una publicación de la edición digital del Diario Gestión del pasado 8 de abril del año en curso) el director regional de la OIT, Vinicius Pinherio afirma que: “Estamos ante una destrucción masiva de empleos, y esto plantea un desafío de magnitudes sin precedentes en los mercados laborales de América Latina y el Caribe”... Desde ahora sabemos que al mismo tiempo que se supera la emergencia sanitaria deberemos enfrentar una verdadera reconstrucción de nuestros mercados de trabajo”.

En todo el mundo, la pérdida de horas de trabajo fue de 6.7%, equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo, en el segundo trimestre del 2020. El documento de la OIT habla de la peor crisis desde la II Guerra Mundial, que al final podría dejar un saldo de desempleo y precariedad en el trabajo. El informe además estima enormes pérdidas en los distintos grupos de ingresos, y advierte que los sectores más expuestos al riesgo incluyen los servicios de hospedaje y restauración, la manufactura, el comercio minorista y las actividades empresariales y administrativas. En América Latina y el Caribe más del 50% de los trabajadores se desempeñan justamente en los sectores más expuestos a una crisis, como son los de comercio y servicios, según datos del último informe Panorama Laboral de la región, presentado en enero, justamente antes que se iniciara el contagio global del Covid-19.

Pinheiro también explicó que la crisis tendrá un impacto mayor sobre el turismo en la región del Caribe, que es altamente dependiente de los empleos e ingresos generados por este sector. El nuevo informe de OIT destaca que en los sectores más expuestos muchas personas están empleadas en trabajos mal remunerados, de baja calificación, donde una pérdida imprevista de ingreso tiene consecuencias devastadoras. Señala, además, que los países con niveles de informalidad alta enfrentan desafíos adicionales, tanto sanitarios como económicos, incluyendo la falta de cobertura en seguridad social. De acuerdo con estimaciones de OIT en América Latina y el Caribe la tasa de informalidad es de 53%, lo cual afecta a más de 140 millones de hombres y mujeres en el trabajo.

Con respecto al mencionado informe debo añadir que, en efecto, la alta informalidad existente en América Latina y el Caribe es un factor que golpeará fuertemente a los países de la región, y que los sectores más expuestos como el turismo y hospedaje sufrirán daños muy devastadores. Y que el tiempo de recuperación es incierto debido a que, según diversos especialistas, la vacuna contra el Covid-19 tardará al menos un año en existir. En tal sentido, corresponde a los gobiernos de turno tomar las medidas económicas más adecuadas para atenuar en algo el golpe, pero teniendo presente siempre que primero esta salvaguardar la salud y la vida de las personas.

En cuanto a las empresas públicas y privadas, el uso de herramientas tecnológicas como el teletrabajo viene siendo de mucha utilidad y eficacia en la región, por lo debería masificarse en todas aquellas actividades que pueda ser aplicable. Y ser de aplicación aún después de levantada la cuarentena y estado de emergencia sanitaria decretadas en muchos países. Una decisión que debe ser tomada de manera técnica y objetiva, dado que la inmovilización social es un medio eficaz para contener el contagio masivo de esta pandemia, que debe necesariamente ir acompañada por el acatamiento responsable de la población y el refuerzo del sistema de salud, lo que incluye infraestructura, equipamiento y recurso humano médico.