Juan C. Valdivia Cano
Marginal: economía peruana para no economistas
Sobre el libro del conocido economista peruano Hans Rothgiesser
Así se llama el libro del economista peruano Hans Rothgiesser. Solo que el término “marginal” tiene un sentido distinto a excluido, discriminado o maltratado socialmente en alguna forma. A mi parecer aquí significa “situado entre”, en los márgenes, en los intersticios, como diría el bizarro filósofo Gilles Deleuze: “como la bruma entre los taxis de Londres”, hablando de Virginia Woolf; o como “la mala hierba, que cubre los grandes espacios no cultivados (…) a fuerza de sobriedad”, hablando de Jack Kerouac. No aquí, no allá, sino “entre”.
Es un libro que por su situación permite leer y escribir sobre economía sin ser economistas, gracias a su carácter y a sus bondades, justamente. Ya que, por ventura, se trata en serio de un libro de economía para no economistas. Y como realmente está hecho para eso, los no economistas adquirimos –gracias a él- cierto derecho a opinar “entre” la especialidad y la no especialidad , en un ejercicio de interpretación que es, ineludiblemente -aún en pequeña escala- creación de sentido, no descripción objetiva, o reflejo de lo real.
Hay asuntos que nos parecen evidentes, pero si uno para el oído y el olfato y la vista en la calle , en el bus, en el supermercado, en los medios de comunicación, esos asuntos no son nada evidentes. Por ejemplo, una cosa es la economía como debiera ser en un futuro paradisíaco, pero utópico e irrealizable, el del socialismo, asociado a las denuncias que se hacen contra el sistema económico predominante en Occidente moderno. En la mayoría de países latinoamericanos es una forma de intervencionismo estatal con diversas intensidades reguladoras que, -maliciosamente, o no- se confunde con el (satanizado) capitalismo de los países desarrollados (en su estación original) y por ello se le denuncia como tal, como capitalismo, no siéndolo.
Otra cosa es la economía en la realidad realmente existente, más allá de la “especialidad”, independiente de nuestros gustos, ideologías, deseos e ideales. Es una de las gracias de este libro: la economía peruana como es, no como debiera ser, aunque esto también se deduzca del menú económico completo que este libro nos ofrece: una ética liberal, más tácita que expresa. Pero el tema es la economía tal como funciona en la realidad peruana concreta, y en los países anticapitalistas o intervencionistas, como el Perú. (Bolivia 2024 es el nuevo desastre político económico intervencionista)
El decisivo papel de los precios, por ejemplo, por mencionar uno: la imposibilidad irremediable de averiguar, en la cambiante temporalidad, la infinidad de deseos, necesidades, expectativas, apetitos y caprichos de millones de personas que conforman y participan en el espontáneo mundo de las relaciones de mercado. Y si no se tienen esos datos ¿cómo pones precios o diriges la economía? Todos determinamos los precios aún sin saberlo, con nuestras preferencias, adquiriendo o vendiendo u ofertando bienes y servicios, llevados por necesidades, deseos o expectativas impredecibles etc, determinadas por intereses bien concretos, pero no por la irracionalidad, el caos o la locura. Esos intereses no niegan moralistamente el móvil egoísta de los individuos, pero no se contraponen a la división de trabajo, o a la colaboración, deliberada o no. Todos lo hacemos, todos los días. El mercado o, más exactamente, las relaciones de mercado, no son una entelequia. El mercado somos nosotros, todos nosotros. Y no hay mano invisible o divina que lo manipule todo desde lo alto.
Eso significa relaciones de colaboración económica espontánea e interesada (o egoísta) pero de recíproco y múltiple beneficio entre seres humanos, como comprar y vender, y no excluye la solidaridad o la empatía. “La mano invisible” es una mala metáfora o una mala interpretación , porque refuerza la falsa idea que hay una “mano” que decide sobre la economía desde el cielo. Y no es así. Hay millones de manos visibles que deciden, aunque no sea deliberadamente. Tiene su lógica y es muy racional. Comprar el pan, por ejemplo.
Por eso se puede entender la absoluta imposibilidad que el Estado pueda aproximarse siquiera a esa infinidad dinámica de datos subjetivos que no están al alcance de nadie en particular, sino que se regulan espontáneamente por nuestras preferencias, la oferta y la demanda abiertas y libres de intervencionismo estatal. Y menos para fijar precios desde lo alto de su potestad, debido al caos distorsionador que produce inevitablemente su impertinente intervención en los precios y, en consecuencia, la ineludible pobreza, o su aumento. Véase todos los países donde mayor es la intervención del Estado en la economía. O se mueren de hambre o han desaparecido, como la Unión Soviética.
Aunque hace muchos años intenté entender la economía, no encontré el texto adecuado para un no economista, debido tal vez a la mala búsqueda, o a que no había tal bibliografía simplemente; una hecha expresamente para el gran público no economista, que no vulgarice ni hable en difícil. Ahora que desde hace tres años creo haber encontrado la veta en la Escuela Austriaca de economía -gracias a abogados economistas peruanos de fuste- sus predecesores y seguidores, en particular en el mundo hispano, etc, me da la impresión que el libro de Hans Rothgiesser es, en serio, el primer libro de economía escrito para no economistas en el Perú. Salvo error u omisión.
Pero además cumple todas las condiciones de calidad. Por ejemplo el sorprendente uso del lenguaje (en una disciplina de jerga usualmente seria) requiere no solo el dominio integral de la economía moderna y no moderna, para hacer sencillo lo que no lo es, es decir, las complejidades de la economía, sino un lenguaje adecuado a ese fin, un nuevo lenguaje económico. El decir fácil lo que es complicado, se da gracias a la capacidad de algunos “difusores”, los mejores, como en “Marginal” de Hans Rothgiesser.
Todo ello sin menoscabo de la calidad del contenido, que consta de 6 temas que se han elegido casi al azar, de acuerdo al interés de la gente que se expresaba en los medios, es decir con un criterio poco académico, quizá, pero muy efectivo. Estos temas son: “El capítulo económico”, “La rigidez laboral”, “La usura”, “La maquinita”, “Las cosas que son de todos”, “La reforma agraria”. Y a esto hay que agregar el carácter fragmentario del libro, que se expresa en la autonomía de los temas elegidos, y el estilo descentrado e independiente del conjunto que, sin embargo, no carece de una consistente unidad.
Se diría un libro muy posmoderno si el término no se hubiera desgastado tanto, pero rompe con la tradición de la tesis o libro de especialidad, como desenvolvimiento deductivo de una idea central que hace a la unidad de la obra. Aquí la unidad la da la economía peruana y el pensamiento económico (más que) moderno. La heterogeneidad temática, elegida con precisión quirúrgica, es más comprensiva o abarcadora que la de la especialidad sistemática y de estructura arborescente y cerrada, sobre todo cuando se cumple esa tarea difusora sencilla y brillantemente.
Debería ser un libro básico en los colegios, porque con un profesor adecuado, aunque no sepa economía, un libro como éste se hace accesible a los estudiantes secundarios. Y la educación económica popularizada, de calidad, es revolucionaria cuando, como en este caso, no cae en la vulgarización ni en el academicismo o el tecnicismo, que ahuyentan más aún al posible lector.
El difusor eficiente no afecta la calidad, que se supone propia de los grandes tratados, ya que, como todo intérprete, también es un creador de sentido, con la ventaja para el lector de este libro de ser muy claramente expresado, debido al libérrimo buen uso del lenguaje, -a pesar de sus trampas y laberintos semánticos- y por el remarcable dominio de la materia tratada. Teniendo en cuenta, por supuesto, la gracia adicional que se requiere para llegar a un público amplio sin caer en la vulgata, en la falsa democratización por la vía de lo malo y lo feo para los pobres; hermanando alta calidad con simplicidad, claridad expositiva y buen humor. Y no intento agotar todos los méritos y carismas de este pequeño gran libro, of course.
Porque es muy difícil escribir fácil sobre una materia tan compleja. Por eso no abundan economistas como Hans Rothgiesser . El dominio de la materia, la sensatez y justeza de la posición, sin embargo, no son suficientes para hacer accesible la economía al ciudadano de a pie, como se dijo: hay que crear un lenguaje, como ocurre en este libro. Un agradable lenguaje que parece más oral que escrito ¡Tratándose de economía¡ Los límites entre lenguaje académico, periodístico y coloquial se hacen tenues o borrosos en el difusor eficiente. Lo cual hace posible –o más plástico- el objetivo esencial de la difusión: democratizar la economía con calidad.
Solo hay que pensar en los subtítulos del libro, para vislumbrar la jovialidad y ausencia de solemnidad y jerga académica de este afable libro: “Empresas Públicas: Jugando al empresario, pero con rueditas a los costados” (cuando el empresario no arriesga porque está cubierto por el Estado, no es empresario, ni capitalista), “El perro del hortelano desempleado” (ya sabemos a quien se refiere, por el inolvidable 7000 % de inflación de fines de los ochentas), “Un mercado intervenido es un mercado intervenido” (parezca lo que parezca y le llamen como le llamen, vale la tautología) , “Papelitos en blanco con valor” (cuando el BCR era agente político del gobierno de AGP), “Maldiciones medievales para gestionar el agua” (desatanizando la propiedad privada en tres plumazos y develando su vínculo insoslayable con la libertad), “Cambiándole el rostro a la agricultura peruana” (la verdad de la milanesa sobre la Reforma Agraria, completa, bien clara y bien dicha).
En relación a la Reforma Agraria, como último ejemplo, aunque he leído y escuchado opiniones sobre ella desde la época en que se dio la Ley respectiva, 17716, solo con este libro siento que he podido comprender la totalidad del fenómeno y sus detalles, en unas pocas páginas. Y eso ocurre con los otros temas del libro. No sé cómo se las arregla el autor para ser tan puntual y concreto y a la vez, en cada línea del libro, estar muy vinculado a una notoria universalidad. Ella resalta en el carácter transdisciplinario de la visión económica subyacente a este pequeño gran libro.
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