Juan C. Valdivia Cano
Maquiavelo no fue maquiavélico
El primer gran líder de la liberación y la unificación del pueblo italiano
![Maquiavelo no fue maquiavélico](https://elmontonero.pe/upload/uploads_images/columna_juan_78.jpg)
Como lo recordaba tan brillantemente Ernesto Sábato, en el Renacimiento no re-nace la antigüedad en sentido estricto. No era posible. Después de mil quinientos años de cristianización, el cristianismo no desapareció de las sub conciencias cristianas. El humanismo moderno nace cristianizado. Salvo en algunos espíritus, (como en el de la familia Borgia), la antigüedad no renace tal cual. Se recupera su legado pagano, ético, jurídico, artístico, pero en una imposible conciliación con el legado cristiano.
A partir de ese momento la cultura occidental vive o sufre una escisión, un dualismo insalvable, aún dentro de cada quien. Ese dualismo se expresa en el alma a la vez matemática y mística de Pascal; en los dilemas dostoievskianos; en la visión agónica de Unamuno; en el Dionisio Crucificado de Nietzsche; en la filosofía temerosa y temblorosa de Kierkegaard; en las lúcidas críticas de Chestov. Es esa fisura, es esa herida que nunca ha podido curarse en occidente una lucha permanente entre dos fuerzas incompatibles que el genio de Maquiavelo vio por primera vez: Roma contra Judea. Judea contra Roma. La ética pagana es irreconciliable con la moral cristiana. “Pagano” es un término peyorativo para el cristianismo.
El problema se da en la política. Aunque cristiano, Maquiavelo parece creer que lo que hay que aplicar en la dirección de los pueblos es la política como la entendieron los antiguos griegos y romanos, no la moral judía. En ciertos casos se violenta la moral para mantener la seguridad, la libertad y la paz de un pueblo. Por eso los valores constituciones de raigambre romana y griega colisionan con los valores morales o religiosos de raigambre judía: en todos los derechos sexuales o reproductivos por ejemplo.
Maquiavelo fue el primer filósofo de la política moderna que le reveló al pueblo, prometeicamente y con espíritu republicano, como era el rey cuando estaba desnudo. Es decir, cómo funcionaba realmente en la realidad el poder, dejando de lado velos ideológicos, intereses, mistificaciones, prejuicios, con toda la fuerza y la inescrupulosa maldad con la que se exhiben los políticos en su actividad. Lo dijo, además, con un lenguaje que no era el pedante de la jerga académica, sino con la lengua que usaba todo el mundo en su vida diaria, por primera vez en la reflexión política, (como Cervantes en la novela) que se expresa “plástica y antropomórficamente” en un personaje (Gramsci).
Y como ponía en escena la política tal como es, mucha gente (empezando por el jesuitismo) culpa a Maquiavelo por las maldades de los políticos, como si él las hubiera creado. Como si Koch tuviera la culpa de la tuberculosis. Lo único que hizo Maquiavelo fue describir con pelos y señales la actividad política realmente existente. Maquiavelo no fue maquiavélico. Fue el primer gran líder de la liberación y la unificación del pueblo italiano. Fue un genio político y el primer gran patriota republicano de la historia moderna.
COMENTARIOS