Eduardo Vega
Guerra en el Ministerio Público
Por la reposición de la fiscal Patricia Benavides

Arrancando la semana, la Junta Nacional de Justicia (JNJ) emitió una decisión reponiendo a Patricia Benavides como Fiscal Supremo (Fiscal de la Nación), tras lo cual se ha desatado una “guerra” por el control del Ministerio Público, que ha opacado largamente cualquier bombardeo y ataque que se viene produciendo en las guerras de Asia.
En efecto, luego de que la decisión de la JNJ repusiera a Patricia Benavides en los cargos de los que fue suspendida, ella se dirigió directamente a las oficinas del Ministerio Público para exigir su reincorporación en dicha institución. Una vez llegada al recinto, en lugar de que sea recibida por su par para la coordinación de su reincorporación (al menos como Fiscal Supremo), Delia Espinoza –Fiscal de la Nación en funciones– decidió atrincherarse en las oficinas de la Fiscalía de la Nación, actuando como un estudiante universitario en queja contra su facultad o rectorado.
Vistos estos actos, queda claro que algo huele mal en la cuadra 5 de la Av. Abancay. Resulta más que lógico que si la JNJ repone a Benavides en su puesto, debería existir entre colegas de un mismo rango, no solo un mínimo de respeto y presunción de inocencia, sino el tino suficiente para coordinar una confirmación conjunta con la Junta de Fiscales Supremos para que al una de ellas detente final y formalmente el máximo cargo de esa institución. Sin embargo, vista la actuación de Espinoza, que incluye nuevas denuncias apuradas con Benavides –como manotazos de ahogado– para mantenerla fuera de la institución, creo que estamos ya en condiciones suficiente para pasar a denominar a dicha Entidad el Misterio Público; pues salvo que existan intereses subrepticios o colaterales/personales de alto calibre, No veo razón suficiente para actos tan despreciables entre las mismas.
A ciencia cierta, no puedo decir si todo este escenario me causa pena vergüenza o ambos, pues, aunque estuviera mal dada la resolución de la JNJ, esta es válida hasta que sea declarada nula, y si la resolución versa sobre una nulidad, la consecuencia de la misma es que todos los actos posteriores a la Nulidad declarada en la Resolución de la JNJ quedan sin efecto. Entonces, si la Fiscal de la Nación en Funciones, no tiene la capacidad técnico-legal para reconocer estas premisas, que además se enseñan en los primeros años de las facultades de Derecho, debería abandonar el cargo por decoro.
Finalmente, no dejan de ser menos llamativas las declaraciones del Dr. Távara –el miembro del la JNJ que decidió no participar de la sesión donde se aprueba la reposición de Benavides–, quien ha salido a la prensa (sabe Dios con qué intenciones) para decir que no estaba de acuerdo con la Resolución que ha motivado todo el lío de comadres en el Ministerio Público. Si esto era realmente así, ¿Que le costaba hacer un voto en singular en discordia para invalidar el acuerdo de los otros 6 miembros? A mi parecer su actitud es un sinsentido, que no busca nada más que “generar pantalla” y desprestigiar innecesariamente a sus colegas. ¿Para qué tiene que decir en tono de victimización/resentimiento que él es una minoría, si se supone que todos los miembros son independientes? Si sabía (porque lo ha dicho en la entrevista en Canal N) que el no oponerse a los otros seis generaría un desastre en el Ministerio Público, ¿Podemos concluir que es él quien está jugando con todos los demás para crear todo este tinglado? Finalmente, ¡siempre estuvo en sus manos que no exista unanimidad!
Tengo la impresión de que existe un sospechoso alineamiento de intereses políticos, económicos y mediáticos para generar este terrible episodio y forzar parte de los resultados que estamos viendo. De otra manera, no se explican las actitudes de falsos “paladines” de la justicia, quienes al jugar con el insulto y la ridiculización de los involucrados, destruyen aún más la imagen del Ministerio Público.
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