Cesar Gutierrez

Los megaproyectos en tiempos de coronavirus

Gasoducto Sur Peruano y Refinería Talara en el ojo de la tormenta

Los megaproyectos en tiempos de coronavirus
Cesar Gutierrez
22 de abril del 2020


La atención ciudadana está centrada en los efectos del coronavirus. Existen innumerables cifras y curvas para emitir opinión a favor o en contra de la gestión del Gobierno, además de vaticinar el futuro. Escasean comentarios sobre los megaproyectos heredados, que hasta hace poco más de un mes el Gobierno prometía desarrollar, destacando ampliamente dos: el Gasoducto Sur Peruano (GSP) y el Proyecto de Modernización de la Refinería Talara (PMRT). 

Nos quedamos en que en marzo pasado la consultora Mott MacDonald se pronunciaría sobre cuatro aspectos: el trazo del GSP, la estimación del costo constructivo, los costos anuales de operación y mantenimiento y el modelo a seguir, dado que por lo menos en los primeros cinco de años de operación habrá la necesidad de hacer un aporte para que el futuro concesionario tenga el equilibrio económico y financiero.

Yo siempre he estado de acuerdo con la necesidad de ejecutar el GSP; sin embargo, en este momento sería contraproducente persistir. Es un tema sensible y la caja fiscal necesitará recursos, será muy difícil que se pueda hacer el aporte para el equilibrio mencionado, que puede llegar en su máxima expresión al orden de US$ 365 millones, sobre todo en el primer año. La danza de millones de dólares apoyo empresarial y ciudadano, para paliar los efectos del coronavirus (que serán de US$ 24,000 millones) obligan a máxima austeridad. 

En el caso del GSP, a estas alturas, no solo se trata de dinero. La disminución significativa de la demanda eléctrica, con una recuperación que se presume que será lenta, no da señales suficientes para garantizar un consumo de gas importante al inicio de la puesta en operación comercial de la obra, que podría ocurrir dentro de cuatro años, si todo funcionara con la precisión de un reloj suizo. Lo apropiado será esperar a ver cómo se recupera la demanda eléctrica, que será el motor del consumo de gas natural. El derrotero lo fijará la producción minera cuprífera, que por el momento se verá afectada en volúmenes y precio unitario. 

El otro tema donde debe empezarse con un sinceramiento de cifras es el PMRT. A la fecha los funcionarios de Petroperú señalan que el costo total ascenderá a US$ 5,400 millones. Una cifra increíble, pues hay una serie de contingencias relacionadas con atrasos en la construcción, previos a esta cuarentena, que fácilmente pueden sumar US$ 600 millones adicionales. 

Es imprescindible que la ministra de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva, que forma parte de la Junta General de Accionistas de Petroperú, al igual que su viceministro de Hacienda, expliquen al país de qué montos estamos hablando, y precisen el ratio esperado entre combustibles e insumo que necesitarán para pagar los US$ 4,000 millones de deuda de largo plazo que ya tiene la empresa, al que se le incrementarán US$ 600 millones más. Los consumidores peruanos no podemos estar dispuestos a pagar el dispendio. 

Señores del Gobierno, necesitamos saber cuál será la política a seguir para estos dos megaproyectos.

Cesar Gutierrez
22 de abril del 2020

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