Las mentiras sobre la papa

El Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski hizo el peor acuerdo con un grupo de dirigentes de los sembradores de papas. Se comprometió a comprar la sobreproducción de papa y a revisar las normas que autorizan la importación del tubérculo. Con acuerdo y todo, algunas carreteras siguen bloqueadas y en Huancayo, Huancavelica y Huánuco sigue el temor a los saqueos y al vandalismo que ocurrieron la semana pasada. El acuerdo, entonces, no estaría contentando a los ¿agricultores?   

En los primeros días del 2018 se cocinaba el tema de la papa. Se decía que los precios en las chacras habían bajado enormemente y los productores anunciaron una huelga. La sobreproducción se debe a que otros agricultores se dedicaron a sembrar el tubérculo porque era más rentable, y también porque las cosechas se sobrepusieron; es decir, coincidieron la de la costa cy la de la sierra. Entonces, la oferta de papa en las chacras sobrepasó a la demanda. Los paperos tuvieron que bajar sus precios para poder vender a los comercializadores.

Alejo Arauco, conocido agricultor huancaíno, nos ha señalado la falta de planificación y firmeza de las autoridades agrarias locales. “Hay un desorden total. Los agricultores siembran cuando les da la gana”, dice Arauco. La solución no es comprar la sobreproducción de papa, sino establecer cuotas de producción: cuándo, cuánto y qué tipo de papa sembrar. De los cientos de variedades de papa, sembrar solo cinco o seis.

La violencia de los últimos días en la sierra central no es un hecho aislado. Existen muchas evidencias de que hay una clara intervención de radicalistas extremos —léase Sendero Luminoso—– que, aprovechándose de la situación, organizaron el incendio en el campamento de Quichuas, intentaron tomar la hidroeléctrica del Mantaro e incendiar la comisaría de Huánuco y ocasionaron destrozos a la propiedad privada en Huancayo. “Como si hubiéramos vuelto a las épocas de los paros armados. Obligaron a cerrar las puertas de las tiendas”, comentan los huancaínos. La misma estrategia violenta se aplicó en toda la sierra central, con el mismo pedido: que el Estado compre la sobreproducción de papa a los agricultores, impedir la importación de papa y declarar en emergencia al agro.

Los actos vandálicos de la semana pasada fueron protagonizados por los mismos que siempre están en las marchas de los profesores, en contra del indulto a Alberto Fujimori y en cuanta manifestación pública exista en contra del Gobierno y del sistema.

Una autodenominada federación de campesinos de Junín, que fue liderada por el extinto Amado Centeno —condenado por sus relaciones con Sendero Luminoso— se propuso detener y cancelar todos los proyectos y actividades mineras en Junín. Quienes andaban con él siguen adoctrinando y soliviantando a los más humildes y menos enterados. En Huánuco, Huancayo y Huancavelica la gente se conoce y se cruzan en las calles más de una vez al día. En la Universidad del Centro, en los tiempos de Sendero Luminoso, los estudiantes sabían quiénes eran senderistas y callaban para no terminar acribillados en un pasadizo de la universidad y con un cartel que diga “así mueren los soplones”.

Una vez más los bobos, los oportunistas y los electoreros salieron a ofrecer su apoyo a los sembradores de papa. Los que serán candidatos el 2018 alentaron el paro violento, manipulado por el extremismo radical antisistema. No es la primera vez. Esos políticos sin norte ofrecen su apoyo a cualquiera para quedar bien con las masas, porque creen que allí están sus votos. Y no saben que allí puede estar la guadaña que aniquile el futuro de todos.