Las falacias sobre el CO2

¿Es el dióxido de carbono realmente tan nocivo para el ambiente del planeta?

Diablos. Lo extraordinario de los alarmistas climáticos es la facilidad con que han logrado, (con fuerte propaganda y demonización) que la población asimile el CO2 como un contaminante. Herramienta poderosa este sofisma ya que les permite a las “sandías” reclamar, aparentemente sin mucha oposición, “cambiemos el sistema no el clima”, ¡falacia múltiple por excelencia!

Falacia porque, salvo en los modelos climáticos construidos precisamente para lograr afirmarlo, no hay evidencia contundente que demuestre que el CO2 sea un elemento relevante en tema climático ¡Ya lo hemos visto en términos de temperatura global o derretimiento de hielo polar!

Falacia porque, que nos guste o no, los climas (la noción de clima general o promedio no tiene sentido en sí) han cambiado, cambian hoy y cambiarán siempre por causa natural.

Falacia en fin porque tendrían que demostrar que “el sistema” capitalista, es el peor para preservar el ambiente. Basta recordar la situación ecológica en los países del antiguo bloque socialista antes de 1989 (mar de Aral, Chernóbil) para convencerse de lo contrario. No olvidemos tampoco que el sistema capitalista, buscando maximizar los beneficios, busca reducir constantemente la necesidad de materia prima. Un ejemplo significativo viene del mundo de la informática y la telefonía móvil.

El CO2 no es malo. Más aún, no tengo temor de afirmar que el CO2 es bueno o mejor dicho muy bueno. En verdad es indispensable para prácticamente todas las formas de vida de conocemos.

Pensémoslo un rato. Hablaré -privilegio de quien escribe- de mis costumbres alimenticias. Con suma inconsciencia (según el criterio alarmista), ocurre que yo como, entre otras cosas, carne de vaca (criterio que impacta fuertemente mi huella carbón) Bueno, bueno ¿y que comen las vacas? Pasto.  ¿A dónde voy, se preguntarán?

Voy al hecho que el pasto, y por extensión casi todas las bases de las cadenas alimenticias, es un compuesto vegetales que crece haciendo la fotosíntesis, es decir transformando el CO2 en materia orgánica, según la fórmula sintética: 6CO2 + 6H2O -> C6H12O6 + 6O2

Pensarán que les estoy tomando el pelo, pero no es así. Reflexionamos un poco.

¿Podríamos considerar que el CO2 es en la naturaleza un factor limitante en la ecuación y que una  concentración demasiado baja del mismo podría conllevar carencia? Al menos en un invernadero (el dispositivo físico, no el supuesto efecto) la cuestión es relevante, como se puede ver en este documento o aquí y también allá.

Lo interesante es leer que “para que el gas se encuentre disponible para las plantas debe encontrarse entre 100 y 2500 ppm”. Es decir que la concentración de 280 ppm que tenía la atmosfera al inicio de la era industrial era más cerca de la carencia que del exceso para la plantas,  afirmación pertinente aún con los 400 ppm actuales supuestamente históricos.

Todo eso está bien -me contestarán- pero ¡solo aplica en medio cerrado no en la tierra, sino se podría ver! Hablando de ver ¿qué le parece aprender? por ejemplo que:

Un estudio alemán mostró que las plantas crecen más aprovechando mejor el agua disponible cuando sube el CO2

Una publicación del Geophysical Research Letters reporta que satélites mostraron, a mayor escala aún, que la tierra se vuelve más verde en particular en las zonas áridas.

O sea, nuestra civilización ama la energía. Emitimos CO2 mediante el reciclaje de los combustibles fósiles y ¡las plantas nos agradezcan! Si no me creen, en el mismo tema, les invito a mirar este video del muy serio y profesional Matt Ridley.

Por Vincent Dumortier
(18 -nov - 2014)