Juan Sheput

La generación Z ha cambiado la forma de protestar

Lo hacen a través de memes, música, humor, jerga juvenil y diálogos generados por IA

La generación Z ha cambiado la forma de protestar
Juan Sheput
19 de septiembre del 2025

 

En las últimas semanas, en diversos eventos, la presidente Dina Boluarte ha insistido en señalar que los peruanos ya aprendieron a no protestar. Primero lo dijo en una ceremonia educativa en la cual indicó que los jóvenes ya no protestaban, tan es así que ya no se ve gente haciendo marchas como antaño. Luego, el 12 de setiembre indicó, en otro evento realizado en Palacio de Gobierno, lo siguiente: “El peruano ya aprendió, ya miró (…) no hay por qué salir en cantidad de personas a las calles a generar caos”.

Por lo visto la señora Boluarte y sus ministros ignoran una característica de los tiempos modernos: los jóvenes, en especial la generación Z, protestan de manera diferente.

En un reciente artículo publicado en The Washington Post, Keith Richburg escribe que en tres continentes, desde Serbia hasta Kenia, pasando por Nepal e Indonesia, la generación Z (la primera generación ciento por ciento nativa digital, nacidos entre 1997 y 2012), salieron a las calles para exigir el fin de la corrupción, acabar con el nepotismo y denunciar y eliminar el abuso policial. Las redes sociales fueron el gran gatillador de su movimiento. A través de memes, música, humor, jerga juvenil y diálogos generados por Inteligencia Artificial, la generación Z ridiculiza a las autoridades y a partir de allí genera graves crisis de legitimidad y gobernabilidad. El prestigio de los políticos es pulverizado en las redes sociales, avergonzando inclusive a los entornos familiares de quienes tienen algún puesto oficial. No es como dice Dina Boluarte, la generación Z está redefiniendo la protesta social.

Al igual que en el mundo, en nuestro país diversas encuestas indican que el principal problema para los mayores de 30 es la inseguridad. Sin embargo para la generación Z es la corrupción, que afecta su futuro y para ellos es intolerable. 

Hasta hace unos años las protestas eran organizadas y lideradas por los llamados partidos de oposición, políticos con experiencia o la fuerza sindical. Orgullosamente las marchas convocadas por la generación Z carecen de líderes. No los tienen. Más bien comparten ideas y símbolos (como la bandera con una calavera con sombrero de paja que se lució en las marchas de Francia, Serbia, Nepal, Indonesia, Kenia) que hacen que el clamor contra la corrupción sea global. 

La bandera de paja, tomada de la serie japonesa “One Piece”, es el símbolo del personaje principal Monkey D. Luffy, quien viaja por un planeta ficticio ayudando a la gente a luchar contra sus miserables opresores.  La bandera, que ha aparecido en todos los países donde ha habido revueltas, se ha convertido para la generación Z en un símbolo de desafío contra la injusticia y la corrupción. 

Las protestas no han pasado desapercibidas o, como dice la señora Boluarte, ya no ocurren. Han adquirido un nuevo formato, pero siempre basado en la defensa de un orden moral. En Serbia se protestó porque se derribó una marquesina de tren, mal hecha por la corrupción que mató a 16 personas. En Indonesia por un aumento de sueldo de 3,000 dólares a los parlamentarios. En Nepal por la prohibición de las redes sociales. En Kenia por el aumento de impuestos a los alimentos y por la gran corrupción. 

La corrupción para la generación Z es ruin porque les quita oportunidades y les anula el futuro. Los indigna cuando ven el estilo de vida de sus autoridades, frívolo y lleno de lujos como relojes, joyas o automóviles. 

Por otro lado, la generación Z se ha convertido, según el kenyata Gitobu Imanyara, experto en derechos humanos, en los guardianes que nunca imaginamos. En efecto, la generación Z examina sitios web, verifica cifras y estadísticas y viraliza contenidos incómodos para los gobiernos. ¡Qué más se puede pedir!  

Así que, señora Dina Boluarte y autoridades del gobierno: no subestimen ni minimicen a los jóvenes. No es que las protestas hayan acabado y los peruanos hayan aprendido. Lo que sucede es que la generación Z está redefiniendo la forma de protestar.

Juan Sheput
19 de septiembre del 2025

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