Berit Knudsen

¿Incompetencia inconsciente o deliberada?

La crisis y los conflictos sociales continúan incrementándose

¿Incompetencia inconsciente o deliberada?
Berit Knudsen
09 de febrero del 2022


La prensa internacional ha puesto en evidencia la incapacidad, ceguera, cinismo,  impunidad y prepotencia del desgobierno de turno, matizada por la constante y patética  victimización, en un país donde los verdaderos damnificados son 33 millones de  peruanos, 10 millones de los cuales se encuentran en situación de pobreza. Pero esa misma prensa internacional hoy cuestiona la capacidad de la oposición, una  clase política que en el Perú
“… no da muchas garantías…” según afirma el analista  político Diego Salazar, columnista de The Washington Post

Haciendo un poco de historia encontramos que ya en abril de 2021 muchos peruanos  manifestamos una escasa conciencia cívica. De una masa electoral de más de 25  millones, solo 14 millones de peruanos emitieron votos válidos. Así, Perú Libre pudo  encabezar la segunda vuelta con tan sólo 2.8 millones de votos, equivalente  al 10.77% de los electores hábiles.

La segunda vuelta no fue mucho mejor. Más de siete millones de peruanos se quedaron en  casa o viciaron su voto, lo que le permitió a Perú Libre instaurar el actual  desgobierno que sufrimos con los votos del 36% de la masa electoral, y no el 50.1% que  publicaron las autoridades electorales.  Pedro Castillo, quien se autoproclama la voz del “pueblo”, lo único que ha ganado en seis  meses es la desaprobación del 64% de la población (Fuente: Datum y CPI), perdiendo el  apoyo de 21 millones de peruanos decepcionados ante su breve, convulsionada, turbia  y corrupta gestión. 

El desgobierno de turno y los partidos políticos que lo respaldan, están demasiado  concentrados en sus propias agendas como para ver o escuchar los reclamos de la  población. Copar el poder, perpetuarse en el Gobierno y limitar las libertades  individuales, emulando los fracasados modelos político-económicos de las tiranías  amigas (Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, México…) parecen ser las consignas que los  tienen deslumbrados. Y no solo es poder lo que los embriaga, porque ahí está 1.4 millones de empleos del sector público para la repartija, con sueldos promedio de  US$ 3,000 mensuales con los que siguen comprando favores y lealtades de  incompetentes, corruptos y prontuariados que sólo buscan su propia conveniencia. 

Pedro Castillo, que admite no estar preparado para gobernar, aturdido por el poder y  seducido por un gabinete paralelo de paisanos, maneja el presupuesto de la república  con licencia para despilfarrar los más de US$ 50,000 millones, producto de los  impuestos generados por el 28% de peruanos que trabajan honradamente y que es  justamente la población a la que estos nuevos ricos del gobierno quieren destruir.

Este señor, que reconoce ser incompetente para su cargo y que parece sufrir de ataques  de ansiedad, recurre a sus “colegas” socialistas corruptos quienes lo aconsejan e incluso envían a sus expertos para continuar con la agenda y las transgresiones. Hay que ser muy  cándido o limitado intelectual para imaginar que sus “colegas” sólo quieren ayudarlo.  No sólo buscan irrumpir en nuestro territorio, buscan convertir a nuestro país en un  narcoestado, y otros necesitan alimentar sus alicaídas economías con los ingresos y  riquezas de un país que hasta hace poco fue ejemplo en Latinoamérica.  Pero las consecuencias no son cifras, son personas, seres humanos: 10 millones de  peruanos en situación de pobreza, dos millones en estado de pobreza extrema, nueve millones que no encuentran empleo y tienen que afrontar el incremento de precio de productos básicos como el pollo, verduras, combustibles, entre muchos otros.  

La realidad palpable es que  la crisis y los conflictos sociales se incrementan, nada se resuelve y ninguno de sus  allegados está dispuesto a abrirle los ojos y recomendarle que renuncie. Más lamentable aún es ver que entre los 130 padres de la patria elegidos por voto  popular, llamados a proteger a la nación y a cada uno de los peruanos, no podemos  encontrar a 87 representantes con la  sensibilidad para entender una situación que se agrava a pasos agigantados en pocos meses. Qué triste saber que muchos solo piensan en  abrazarse a sus curules para no perder los jugosos ingresos garantizados por cinco años.  

Todo demuestra un hecho: la clase política está en crisis. Una crisis que no comenzó  ahora, que lleva décadas. Una crisis en la que el mejor argumento es criticar a los otros y  hacerse de la vista gorda, mientras la corrupción sigue avanzando y multiplicándose. Una  crisis que muestra la ausencia de una clase política competente, que ha sido suplantada  por outsiders, muchos con egoístas intenciones e incapaces de formar coaliciones en  favor del país. 

Lo lamento por el Perú que amo, pero duele más por ese grito de auxilio de muchos  peruanos que los políticos incompetentes no entienden o no quieren escuchar. Solo queda esperar a que tomen forma los movimientos que van surgiendo desde las  bases de la población civil. Ciudadanos y jóvenes que comienzan a entender que solo unidos y tomando partido podremos contener la corrupción.

Berit Knudsen
09 de febrero del 2022

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