Cesar Gutierrez
Gestión empresarial en el Gabinete Torres
Empresarios conjeturan escenario de voto de confianza favorable
La juramentación del confrontacional Aníbal Torres como Premier no ha sido bien recibida en los extremos del espectro político: derecha e izquierda progresista (el centro no cuenta, ha desaparecido). La izquierda radical, representada por Vladimir Cerrón y la bancada de su partido Perú Libre, lo ha tomado a bien; tienen representantes en el gabinete. Las huestes descontentas esperaban que se convocase a sus allegados, ante el ofrecimiento de la semana pasada de Pedro Castillo de formar un gabinete de ancha base.
Un Consejo de Ministros con gente de derecha o izquierda progresista, etiquetada como caviar, colisionaba con el pensamiento e intereses de Vladimir Cerrón; tanto por ideología como por el copamiento de puestos claves en el Estado. Y en el caso de la progresía porque los percibe como promotores de su detención y juzgamiento con condena efectiva.
Aníbal Torres ha sido un defensor de Perú Libre en la campaña electoral, en la respuesta del fujimorismo y aliados en las acusaciones de fraude electoral; y del gobierno en el Ministerio de Justicia. Si por méritos dentro del oficialismo se trata, el puesto se lo ha ganado. Será un buen escudero para el mandatario.
Sobre los ministros nombrados, la famosa ancha base la han hecho con la correlación de votos en el Congreso. El partido de Gobierno tiene indubitablemente dos carteras: Salud y Energía y Minas, con los ministros Ángel Condori y Carlos Palacios, respectivamente. Las disidencias y expulsiones partidarias también han contado, con Betsy Chávez y Dina Boluarte; la primera ha formado un grupo parlamentario con Guillermo Bermejo y el frustrado premier Héctor Valer; son cinco votos, a los que se pueda agregar el de Dina Boluarte.
En total suman 38 votos, faltando solo seis para asegurar que no haya vacancia, fácilmente los pueden conseguir con participaciones puntuales en Acción Popular (AP), Alianza para el Progreso (APP) y Podemos Perú (PP); sin contar con algunas singularidades que pueden presentarse en Avanza País y Renovación Popular.
En el caso de los promotores de la acusación constitucional al Presidente, los votos necesarios son 66 sobre un universo de 97, pues los miembros de la Comisión Permanente no votan, es decir que el porcentaje requerido es de 67%, el mismo que en caso de vacancia. Visto así, el blindaje del Gobierno en el Legislativo está allanado.
La progresía no tiene la correlación de votos en el Congreso como para quitarle el sueño al Ejecutivo. Su vía es la calle, pero en esta oportunidad, por lo ocurrido el sábado pasado en una marcha minúscula, tampoco parecen tener la fortaleza suficiente.
El sector empresarial peruano hace sus evaluaciones políticas, que desde los años noventa oscilan entre aciertos y yerros. La visión sobre la permanencia del gobernante pasa por la contabilización reseñada; pero aparte de ello, tienen tranquilidad con Oscar Graham en la cartera de Economía y Finanzas, que se suma a la del Banco Central de Reserva. Tienen más certezas que con Pedro Francke, sobre todo en los temas tributarios y de disciplina de la caja pública, que esté alineada con el Consejo Fiscal, presidido por el exministro de Economía, Carlos Oliva.
Los empresarios tienen muy en claro que no se avanzará en medidas a favor de industrias extractivas, y esperan mesura de parte del titular del Ambiente, Modesto Montoya, que no se caracteriza por exabruptos. La expectativa es el mal menor: que no empeore la situación.
Finalmente, esperan que se dé el voto de investidura a Aníbal Torres, donde nuevamente tendrán un rol fundamental César Acuña y su bancada de APP, José Luna de PP y la influencia de Mesías Guevara y Yonhy Lescano en APP.
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