Jorge Morelli

Fallas técnicas

¿Qué impidió la entrevista televisiva a Hernando de Soto?

Fallas técnicas
Jorge Morelli
26 de enero del 2021


A nadie se le escapa que De Soto está de sobra calificado para ser el presidente; el mejor que el Perú podría tener en un momento como este, en que la credibilidad internacional de la palabra del Gobierno tendrá un papel principal ante el déficit fiscal y el endeudamiento en que hemos incurrido. De por medio está el grado de inversión del Perú, que tanto sacrificio supuso.

Pues bien, De Soto sabe cómo levantar US$ 37,000 millones de los peruanos para invertirlos en el Perú y a nombre de los peruanos, de cada uno. Y no para pagar elefantes blancos, como por ejemplo la millonaria refinería de Talara para un petróleo que no existe en el país. El derroche criminal con que el Estado ha asignado los recursos de los peruanos en los últimos gobiernos no se explica sino por la corrupción. Es hora de ponerle fin a este dispendio inútil y usar los recursos en los que en verdad hace falta: igualdad de oportunidades, libertad de la economía y gobernabilidad democrática.

Pero es obvio que el pueblo peruano no sabe lo que De Soto puede hacer. Porque no sabe quién es De Soto en el mundo: una persona que tiene acceso a todos los grandes mandatarios actuales, quienes lo han recibido muchas veces para agradecerle lo que hace por los pobres del mundo.

Es lo lógico, entonces, que la campaña electoral de De Soto tenga que concentrarse en llegar y alcanzar su mensaje a los peruanos que más necesitan de su trabajo. Por eso mismo, el intento de descalificarlo como probabilidad electoral (a través de las encuestas), de espiar su campaña por medios ilegales (incluyendo el asalto de su computadora) o de impedirle llevar su mensaje a través de un medio televisivo de señal abierta a todo el país en horario preferencial, son actos que solo pueden ser calificados de altamente sospechosos.

La ofensiva electoral contra De Soto se ha manifestado en tres eventos. El primero, su relegación en las encuestas que favorecen al establishment político. El segundo, el robo de la computadora de su asesor, disfrazado de un asalto callejero cualquiera a mano armada. El tercero, el extraño incidente de la “falla técnica” en una entrevista televisiva dominical que obligó a suspender la entrevista sin poder retomarla luego.

Quienes han hecho televisión saben que esos incidentes suelen suceder. Saben también que para superarlos basta restablecer de inmediato la comunicación, mediante el celular, directamente entre los interlocutores. La dificultad para reparar ese sencillo inconveniente, sin embargo, indica que es necesario sospechar. Porque tales “fallas técnicas” han ocurrido muchas veces en el pasado y sin conocimiento de los periodistas siquiera.

Los peruanos necesitan escuchar el mensaje de De Soto tal como él necesita escucharlos a ellos. El futuro mismo de nuestro país, consumido por un Estado “fallido”, es lo que se halla en peligro. Si alguien trata de impedir que ese mensaje atraviese el muro que intentan crearle va a quedar en evidencia. Es obvio que De Soto no ha querido llamar la atención sobre estos hechos para no ensuciar la campaña electoral con acusaciones. Es su derecho. Nuestro deber es decirlo en nombre del derecho del pueblo a la información en una democracia. Y mejor si estuviéramos equivocados.

Jorge Morelli
26 de enero del 2021

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