Piero Gayozzo

El problema woke

Ideologiza la ciencia y la cultura, perjudicando la búsqueda de la verdad

El problema woke
Piero Gayozzo
12 de diciembre del 2024


En los últimos años la palabra “woke” se ha hecho cada vez más visible. Su aparición a nivel mundial fue propiciada por las marchas del Black Live Matters, en las que carteles con eslóganes como “Stay woke” [mantente despierto] fueron utilizadas por los manifestantes. La idea del movimiento woke es la de hacer “despertar” a la gente de su letargo, una suerte de ensoñación que ha normalizado la discriminación y la violencia. Por eso el wokismo recurre a una lectura supuestamente “despierta” de la realidad y lejos de la teoría o ciencia clásica asumen la “teoría crítica” para descifrar la desigualdad social y visibilizar que, en última instancia, el capitalismo es el origen de todos los males sociales. 

Los wokes, también conocidos como guerreros de la justicia social, son un grupo de activistas de izquierda que reclaman la creación de espacios seguros y la eliminación de cualquier tipo de violencia contra la pluralidad de identidades y las sensibilidades. Reducir la violencia y la desigualdad son principios deseables, pero los wokes heredan la idea de “lucha de clases” del marxismo, lo radicalizan y lo aplican a otros ámbitos. Para ellos, los efectos del capitalismo no solo han creado un conflicto entre obreros y empresarios, sino que ahora las minorías sexuales se enfrentan a la opresión de los heterosexuales, los grupos étnicos de origen no europeo se enfrentan a la opresión blanca, las personas con discapacidad mental o física se enfrentan a la opresión de las personas saludables, las mujeres se enfrentan a la opresión de los hombres, el saber indígena se enfrenta a la opresión de la ciencia, las personas obesas se enfrentan a la opresión de las personas delgadas y atléticas y así sucesivamente se crean trincheras de combate y tensión entre personas con rasgos específicos contra la opresora “normalidad”. 

El wokismo es un virus mental, es decir, una forma de pensar y un conjunto de creencias que aleja a sus creyentes de la realidad. Para empezar, los wokes asumen que en toda interacción humana existe necesariamente algún tipo de discriminación (por cualquiera de los factores anteriores). Debido a esto los wokes son incapaces de explicar objetivamente un acontecimiento y, para resolver la problemática, recurrirán a estrategias radicales, como el rechazo al mérito y la inclusión de cuotas, la modificación del lenguaje, la entrega de privilegios a los oprimidos, la cancelación y el escarnio público del opresor. Muestras de intolerancia infundadas y reacciones emotivas exageradas que lindan con lo ridículo contra los que consideran como enemigos. 

Otra característica de los wokes es que creen que los oprimidos, por su condición de vulnerabilidad, son capaces de “comprender mejor la realidad”. Las primeras fuentes de consulta son y deben ser los oprimidos. Sus voces deben oírse a toda costa, así el precio a pagar sea la defensa de los supuestos opresores. Los wokes primero creen a los oprimidos, luego explican el hecho mediante sus “teorías” y, finalmente, cancelan al opresor. Si por los wokes fuera, los “opresores” no tendrían nunca posibilidad de defenderse, pues cargan con una deuda que en ocasiones es “histórica”.

El wokismo también ha infectado las ciencias sociales. Marcos teóricos postmarxistas y postmodernos (raíces ideológicas izquierdistas del wokismo) son bastante populares en la academia anglosajona. Debido a su popularidad, los grupos de investigación feministas, indigenistas, queers o LGBTs, negras (blackness), de cuerpos disidentes y demás identidades defendidas por los wokes, han creado una ola de publicaciones y papers que intentan explicar problemas sociales desde los sesgos del wokismo y hacen pasar sus resultados por científicos (a pesar de que, contradictoriamente, no creen que exista la verdad ni la objetividad en la ciencia). Esto solo ha perjudicado al quehacer científico. Al asumir el principio de la Teoría Crítica Postmoderna, según la cual “la ciencia debe acabar con el capitalismo y estar guiada por los intereses de los oprimidos”, el wokismo ideologiza la ciencia y perjudica la búsqueda de la verdad. Debido a la presencia de “académicos” influenciados por el wokismo y a la presión política que han logrado sus demandas hay múltiples temas que no se pueden investigar porque podrían perpetuar la discriminación. 

La condición woke es algo que debe evitarse en la sociedad peruana. Existen colectivos de izquierda radicalizados que han intentado adoptar las estrategias más extremas del wokismo, pero con no mucho éxito. Sin embargo, la creencia de que la discriminación está siempre presente es difundida a través de las universidades y está minando la confianza en la verdadera ciencia y con ello nuestra oportunidad para florecer tecnológicamente. Dejemos de llamarlos simplemente wokes y denunciémoslos por lo que son: un problema que pronto tendremos que resolver.

Piero Gayozzo
12 de diciembre del 2024

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