Antero Flores-Araoz

El príncipe y el mendigo

Una visita al futuro puerto de Chancay

El príncipe y el mendigo
Antero Flores-Araoz
30 de abril del 2024


Hace algunas semanas fui invitado por el alcalde de Chancay y por la alta gerencia de Cosco Shipping Ports Chancay a visitar la construcción del puerto de Chancay, visita que también comprendió la parte urbana de tal distrito de la provincia de Huaral y sus alrededores. Mi primera impresión fue recordar a
El príncipe y el mendigo, la gran novela de Mark Twain, pues lo que se está haciendo como puerto, con modernidad y eficiencia, está a distancia sideral y contrasta con la ciudad de Chancay que, si bien ha crecido en relación de lo que fue antaño, se ha quedado relegada. Máxime si se tiene en cuenta que los recursos municipales son franciscanos y no alcanzan ni para hacer el planeamiento urbano y los servicios básicos que requiere su población y el nuevo puerto.

Indiscutiblemente el puerto de Chancay cuando esté operando, a fines del presente año, podrá recibir barcos mercantes de gran calado, con mayor número de contenedores y ese solo hecho significará que en Chancay se inicien actividades complementarias, como pueden ser servicios para las instalaciones portuarias, hoteles, restaurantes, entretenimiento y muchísimas otras. Más aún, Chancay como puerto se convertirá en un hub interesante, pues podrán llegar a él y salir a través de él, mercancías de y para Brasil, como también para Colombia, Bolivia, Paraguay e incluso Argentina, utilizando en todo o en parte las carreteras interoceánicas, lo que a su vez generará con tal transporte multimodal otros múltiples negocios y emprendimientos.

Lo que tiene que tenerse muy presente es que los inversionistas, de origen chino en cooperación con inversionistas nacionales, escogieron Chancay para la construcción del nuevo puerto por su buena ubicación y su profundidad, pero no porque el Perú sea en estos tiempos atractivo para las inversiones. Gracias a Dios y a la naturaleza, nos ha permitido estar frente al Sudeste Asiático, con países con crecimiento espectacular y que a través de APEC y de los convenios de libre comercio que se han celebrado, son hoy por hoy nuestros principales socios estratégicos.

Evidentemente nuestro país requiere de más inversiones que generan trabajo y, este último proporcione bienestar, para lo cual contamos con un marco regulador sumamente interesante, gracias a las garantías que el capítulo económico de nuestra Constitución de 1993 otorga, aunque insuficientes. Decimos insuficientes pues los inversores requieren tranquilidad del país receptor de las inversiones, sin conflictividad social, con estabilidad política, con respeto a la normatividad legal y con fuerzas del orden eficientes en la lucha contra la delincuencia organizada. Ojalá lo entiendan nuestras autoridades y hagan su tarea para conseguirlo.

Ahora bien, volviendo a Chancay los inversionistas han caminado para hacer el puerto a buena velocidad, pero el Estado Peruano, ha quedado bastante retrasado, pues no ha sido capaz de seguirles el ritmo y todo lo que se requiere en el distrito de Chancay para otorgar los servicios ampliados al puerto, como es agua, desagüe, seguridad y un buen ordenamiento urbano, se encuentra rezagado y ello porque no se tomaron las previsiones oportunas y, aún hoy, no se le otorga al Municipio de Chancay los recursos para hacerlo, lo que nos vuelve a recordar al mendigo frente al príncipe. Dios quiera que despierten de su letargo.

Antero Flores-Araoz
30 de abril del 2024

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