El momento ha llegado

El presidente Kuczynski y su premier, Mercedes Aráoz, han mostrado en la última semana un nerviosismo que no parece corresponder a la supuesta imposibilidad de la oposición de lograr el número de votos requeridos para que la vacancia proceda. Las desmedidas palabras de PPK hablando de traidores, y la insistencia de Araoz —y otros voceros pepekausas— en buscar un pronunciamiento público del vicepresidente Martín Vizcarra, no hacen sino mostrar la profunda preocupación de quienes laboran en Palacio de Gobierno respecto a su futuro y la permanencia en los cargos que aún les garantizan cierta protección.

La falta de temple que se percibe en el Gobierno tiene que ver no con el ejercicio del poder, el que hoy por hoy solo ven disminuir. Más con los beneficios legales que les otorga el cargo de presidente de la Republica y la inmensa posibilidad de que apenas se retire del cargo —en los próximos días o en el 2021— se activen los procesos judiciales que determinen su reclusión en alguna prisión.

Mientras tanto, el presidente debería esta semana atender los interrogatorios del fiscal Hamilton Castro —el que pospuso por su reciente viaje a Colombia— y luego, el viernes, el de la comisión parlamentaria que investiga el caso Lava Jato y sus repercusiones en el país. Serán dos momentos difíciles para PPK, pues hoy se tiene información detallada respecto a sus movimientos bancarios y las declaraciones de su socio, el chileno Sepulveda, que requieren de una detallada explicación. Si el presidente de la Republica logra superar ambas instancias, probablemente la vacancia se desactive. Pero si no logra ser claro y preciso respecto a los millonarios movimientos detectados (cerca de US$ 17 millones en sus cuentas proviene de la relación comercial de sus empresas con Odebrecht) entonces solo estará dando mayores razones al intento de la oposición parlamentaria.

Es, pues, fundamental que el presidente de la República dé, por fin, una explicación seria, documentada y detallada a los negocios que pudiera haber desarrollado con las empresas brasileñas. De diciembre a la fecha solo han crecido las dudas respecto a la conducta de Kuczynski, mientras él solo ha tratado de parapetarse detrás de su cargo, evitando dar explicaciones que la opinión publica reclama. Esta semana tendrá la oportunidad de aclarar su posición.

Si PPK desaprovecha esta oportunidad, y vuelve a intentar confundir a los peruanos, su futuro inmediato es absolutamente predecible: terminará fuera del cargo y probablemente de vecino de Ollanta Humala, ahí donde antes estuvo su indultado Alberto Fujimori. Kuczynski nos debe una explicación a tanta mentira. El momento ha llegado.