El legado de Mariano Bolognesi, el hermano del héroe de Arica

El cambio de nombres de las antiguas calles de la Ciudad de los Reyes —Mercaderes, Espaderos, Divorciadas, etcétera— por el de jirones, que recordaran los departamentos, provincias y ríos del Perú, fue propuesta por Mariano Bolognesi Cervantes al cabildo de la ciudad que la implementó en 1866. Un eje principal, de norte a sur, uniría los jirones de los departamentos y sería denominado como jirón de la Unión. Esta realidad en la vida cotidiana limeña es uno de los tantos aportes que hizo Mariano Bolognesi. Un personaje desconocido en nuestra historiografía, opacado tal vez por la gloria alcanzada en el morro de Arica por su hermano mayor, el patrono del Ejército Francisco Bolognesi Cervantes. 

Mariano Bolognesi fue el menor de siete hermanos y diez años menor que Francisco. Su padre, Andrea Bolognesi, era un talentoso violonchelista italiano que emigró al Perú y se desempeñó como maestro de capilla en la catedral de Lima. Su madre, Juana Cervantes, provenía de una familia de abolengo arequipeño. Pocos meses después de la declaración de la independencia en 1821, la familia Bolognesi Cervantes se trasladó a Arequipa en busca de mejores oportunidades. Aquí nacería Mariano, el 4 de febrero de 1826.

Mariano y su hermano Francisco iniciaron juntos su carrera militar en el arma de artillería, participando en la revolución de 1854 liderada por Ramón Castilla. Durante la batalla de La Palma en 1855, Mariano fue ascendido a teniente coronel graduado. Su ascenso en el Ejército fue rápido, alcanzando en 1858 el grado de coronel graduado. También participó como artillero en la batería «Ayacucho», en la defensa del Callao el 2 de mayo de 1866 contra la escuadra española.

Mariano contrajo matrimonio con Rosa Coloma y Salazar, con quien tuvo seis hijos. Su esposa falleció en 1872, dejando a Mariano viudo con una numerosa familia que sacar adelante.

Hombre de principios firmes, Mariano Bolognesi mostró su carácter decidido en 1859, cuando protestó contra la intervención del Congreso por parte del Gobierno de Ramón Castilla. En una carta y un artículo periodístico, manifestó su descontento y renunció temporalmente al Ejército por convicción. Esto lo hicieron pocos. 

Músico y pedagogo

La música fue otra de sus pasiones. En 1853, presentó su «Canción nacional» y compuso varias polkas y valses, además del «Himno peruano 2 de Mayo», con letra de Carlos A. Salaverry. Publicó libros de teoría musical y dirigió la Sociedad Filarmónica del Perú. En 1870 fue nombrado director de la academia de música del Colegio Guadalupe.

Preocupado por la instrucción, en 1869 publicó Reforma de la instrucción primaria, analizando los errores del sistema educativo peruano que había seguido experiencias foráneas mal aplicadas a la realidad nacional. En 1877 fue comisionado a Europa para estudiar nuevos métodos pedagógicos, con el objetivo de introducirlos en la formación de la tropa del Ejército, dejando un innovador método de lectura y escritura.

La infausta guerra de 1879

El 5 de abril de 1879, Chile declaró la guerra al Perú, un conflicto que transformó la vida de los peruanos del último cuarto del siglo XIX. Mariano combinó su labor militar con la producción intelectual en la instrucción castrense. 

Mientras el Ejército chileno invadió las provincias del sur del Perú en 1880, el coronel de artillería Mariano Bolognesi editó con su propio pecunio dos libros: Máximas, consejos e instrucciones sobre el arte de la guerra y la segunda edición de Prontuario de instrucción militar, que había publicado en 1864. 

La publicación de ambos títulos fue una contribución de Bolognesi a la instrucción militar de los civiles que se habían incorporado al recientemente formado Ejército de Reserva, que se preparaba en los campos adyacentes al parque de la Exposición. Sin embargo, ambas obras no llegaron a distribuirse a sus destinatarios: los jóvenes que se preparaban para la defensa de la capital contra el ejército invasor. Según explicó el autor en una carta dirigida al general Justiniano Borgoño, ministro de Guerra, el 7 de junio de 1887, «...desgraciadamente vino la aciaga dictadura de Piérola, y un decreto inconsulto de esta, burlando mis justas esperanzas, estorbó completamente la venta de dichas obras…».

En la defensa de Lima, Bolognesi estuvo al mando de la batería en Chacra Alta y tuvo discrepancias con sus superiores. Tras la caída de la capital en enero de 1881, acogió a sus sobrinos Enrique y Augusto, ambos gravemente heridos, quienes fallecieron días después de la entrada chilena a Lima. Entre mayo y junio de 1881 fue ayudante del Ministerio de Relaciones Exteriores en el Gobierno de García Calderón. En julio y agosto sirvió como ayudante en el Congreso instalado en Chorrillos. 

Concluida la guerra, Bolognesi retomó su actividad intelectual. En 1894 donó los libros censurados por el Gobierno de Piérola a la Guardia Nacional. Falleció el 11 de julio de 1899, siendo despedido con honores militares, según consta en la edición vespertina del día siguiente en el diario El País. 

Defensor de la patria el 2 de mayo de 1866 y en la guerra con Chile, los restos mortales de Mariano Bolognesi reposan en un nicho del cementerio Presbítero Maestro. Sería de justicia su traslado a la Cripta de los Héroes, junto a los de su hermano Francisco y sus sobrinos Augusto y Enrique Bolognesi.