Cesar Gutierrez
Dudas sobre la reactivación económica
Cuatro sectores que hacen el 56% del PBI generan incertidumbre
Con una crisis política en ciernes, el sector empresarial ha apostado por la permanencia de Martín Vizcarra y su ministra de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva, quien ha transmitido el mensaje de que la situación económica va mejorando. Se basa en la publicación del PBI de julio pasado, que muestra una disminución de -11.71% y un acumulado en los siete primeros meses del año de -16.53%.
La sustentación de su prédica es que luego de la caída estrepitosa del PBI de -40% en abril pasado, la contracción mensual ha ido disminuyendo y, según el Marco Macroeconómico Multianual publicado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), se espera que este año se cierre con -12%, mientras que el FMI pronostica -13.9%.
Para dar una opinión es oportuno revisar cuatro rubros de la estructura porcentual del PBI, que en total tienen una ponderación de 56% del total. Estos son: minería e hidrocarburos (14%), manufactura (17%), comercio (10%) y otros servicios (15%).
En minería e hidrocarburos, donde la primera representa el 12% del total, todo dependerá de la evolución del precio de los metales, que hasta el momento dan señales positivas. Por su parte, los hidrocarburos están teniendo un comportamiento errático. Restan en lugar de sumar.
Manufactura, con un peso del 17%, es fundamental. En el mes de julio ha mostrado un retroceso de -10.39%, mientras que en junio fue de -6.8%, un desmejoramiento significativo de la evolución. Es un efecto estadístico, cuando se hace la comparación con el año 2019, a mayor crecimiento en ese año, mayor decrecimiento en el mismo mes del 2020. El análisis va por los rubros que componen al sector.
En manufactura, preocupan 4 rubros: 1) bienes intermedios, principalmente relacionado a la construcción; 2) bienes de capital, relacionado a equipamiento, 3) servicios intermedios, donde el mantenimiento tiene la principal importancia y 4) bienes primarios, donde destaca la refinación de petróleo.
Es obvio que todo lo relacionado a construcción y nuevo equipamiento, tendrá un frenazo por la caída de demanda interna; en mantenimiento, solo podrá tener un desarrollo lo relacionado con la minería. Y en cuanto a la refinación de petróleo, estará menguado por la menor demanda de combustibles y la paralización de la Refinería Talara. En resumen, hay que ser muy cautelosos con el sector manufactura, puede cerrar el año con una caída importante.
En relación a comercio, que tiene una ponderación de 10%, el rubro comercio interno es el más vulnerable. Aquí están considerados ferretería, equipamientos del hogar, libros, periódicos, tiendas por departamentos y supermercados. En un escenario como el actual, donde solo en la capital se ha perdido el 26% de los puestos de trabajo, habrá una disminución de la demanda.
Finalmente, el sector “otros servicios” –que tiene un peso de 15%, y que comprende a dos rubros: servicios inmobiliarios y servicios personales– las señales del mercado son hacia una disminución significativa.
El sector inmobiliario, que está directamente relacionado con el crédito a los compradores, va tener meses muy difíciles. Las líneas otorgadas por bancos y financieras serán aplicadas muy selectivamente. Por las cifras macro registradas, se espera un incremento del “riesgo de incumplimiento”. En cuanto al alquiler, dada la cantidad de comercios y oficinas que están cerrando, el costo y la actividad de corretaje caerán.
Mención aparte merecen los “servicios personales”, que es la actividad que desarrollan los profesionales independientes, donde habrá mucho menos oportunidades.
En resumen, el 56% del PBI tiene una gran vulnerabilidad a la situación que estamos viviendo. El entusiasmo ministerial es solo un ansiolítico para que no cunda el pánico.
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