David Auris Villegas
Día Internacional de la Democracia
Para una ciudadanía más dialogante

Aunque sabemos que la democracia no es un sistema perfecto, para muchos constituye el espacio vital del libre albedrío. Ese ejercicio natural es el alma de la dignidad humana. Gracias a ello, escribo este artículo, que es mi vehículo de expresión, y tengo la dicha de verlo publicado gracias al ejercicio de la democracia y la libertad de opinión que debemos promover a nivel mundial.
Es cierto que la ciencia y la tecnología han avanzado enormemente y que los derechos humanos han contribuido a una convivencia más saludable. Pero, también es verdad que millones aún padecen desigualdad, desinformación y pobreza. Y, varios países son gobernados por regímenes autoritarios como: Venezuela, Corea del Norte y Yemen, según The Economist. Esto amordaza a la sociedad, cede terreno al abuso de poder y engendra violencia.
Es así, que con el objetivo de velar por la democracia y hacer que su bienestar llegue a todo ser humano, cada 15 de septiembre celebramos el Día Internacional de la Democracia, una oportunidad para recordar, según las Naciones Unidas, que la democracia vive gracias a nuestras voces, nuestras elecciones y nuestra participación activa por la paz y el desarrollo humano.
Estos lineamientos, los reafirma António Guterres, secretario general de la ONU: “El motor de la democracia es la voluntad del pueblo: sus voces, sus decisiones y su participación”. Y en nuestra región, la Carta Democrática Interamericana enfatiza que la democracia es esencial para la libertad, el desarrollo y la cooperación entre los pueblos.
Pero, ¿cómo educar para una cultura democrática? Aquí la escuela y la familia tienen un rol insustituible. En el hogar, necesitamos promoverlo desde la infancia: el diálogo, la equidad y el respeto. Esto permitirá desarrollar la ciudadanía democrática en la mente de los niños, que los ayudará a convivir con empatía y solidaridad colectiva.
En el ecosistema educativo, transformemos el aula en un laboratorio de democracia: los estudiantes precisan ejercer el debate alturado, el diálogo respetuoso y la toma de decisiones consensuadas. También, hagamos que los estudiantes reflexionen e investiguen sobre los beneficios de la democracia y de cómo esta impacta en la cultura del buen vivir.
La democracia no solo es una etiqueta de buen gusto, sino que es un estilo de vida dialogante, reflexivo y solidario que debemos cultivar en nuestro andar diario.
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