¿Delegarán facultades?

La presentación del presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, ante el Congreso y la posterior presencia mediática del presidente Vizcarra en tres entrevistas el fin de semana tienen en común la buena voluntad, la abundancia en lugares comunes y una confusión en algunos temas que deben preocuparnos. El hecho más importante del Gobierno en estos 45 días de la Presidencia de Martín Vizcarra es el pedido de delegación de facultades para legislar.

Es una solicitud inmensa, ambiciosa, que abarca todo tipo de materias tributarias, la modernización del Estado, la regulación de la pesca, la lucha anticorrupción, las mypes y el sistema previsional, entre otros temas. En realidad, tras esta intención de legislar hay la voluntad —no expresada— de producir verdaderos cambios. Mientras el presidente Vizcarra nos habla de priorizar las regiones y de recuperar la confianza de la ciudadanía, el ministro de Economía prepara una verdadera revolución.

¿Estará el Congreso en disposición de entregar facultades tan amplias? El congresista Mauricio Mulder, el día de la presentación del gabinete ante el Congreso en busca del voto de confianza, advirtió que su bancada no estaría en disposición de otorgar facultades: “Presenten sus proyectos y vengan a debatirlos” le advirtió al premier. El keikismo por su parte se ha mostrado diligente. La congresista Úrsula Letona ha ofrecido que, en un máximo de treinta días, estará hábil la delegación de facultades para el Ejecutivo. El Gobierno ha pedido un plazo de 60 días, a los que hay que sumar los 30 que demorara el debate y la aprobación. En 90 días debemos tener un nuevo panorama económico.

¿Estará el keikismo en disposición de mantener la tranquilidad de los últimos días? A pesar de que ninguno de los voceros del Gobierno ha abundado en explicaciones respecto a sus pretensiones con esta delegación de facultades, en el Congreso pareciera que aún no han tomado conciencia de la amplitud de la agenda planteada desde el Ministerio de Economía. Lo más probable es que recién al asistir el ministro de Economía a sustentar su pedido ante el Congreso conoceremos la realidad respecto a la relación de Fuerza Popular con el Ejecutivo. Si conceden todo lo solicitado, será una forma de ratificar el compromiso entre los dos actores políticos.

El tiempo sigue pasando y pareciera que la modorra que se notaba en el Ejecutivo ahora se ha apoderado del Legislativo. No hay apuros ni urgencias. No se debaten los temas de fondo, y se nos sigue distrayendo con la pequeña agenda. Pero el Gobierno tiene un proyecto que todavía no ha explicado. Estamos advertidos.