Debemos tener convicciones propias en política energética

La segunda temporada gubernamental de Donald Trump se ha iniciado con un gran impulso al sector hidrocarburífero y un desincentivo drástico a las políticas para combatir el cambio climático y, por ende, a las energías renovables. Importante será saber cómo se tomará en nuestro país esta nueva tendencia que nos viene desde la tierra del tío Sam. 

Este es un tema no solo para este gobierno que está de salida, pero muy proclive al lobby de los grupos de interés; compete también a la treintena de candidatos a las presidenciales del 2026 y que inician campaña este año. 

La posición de Trump tiene una mezcla de creencias propias e intereses; no es un secreto el aporte del orden de 75 millones de dólares (MMUS$) de la hidrocarburífera Chevron a su campaña electoral. Una empresa que opera en Venezuela con otras tres petroleras americanas y varias empresas de servicios de esa misma nacionalidad. 

Es importante resaltar que desde el levantamiento de embargos a las exportaciones de crudo venezolano a Estados Unidos, dado en el gobierno de Biden, las empresas americanas permitieron incrementar la producción de Venezuela de un mínimo de 678 miles de barriles diarios (MBD) en el 2021 a 853 MBD en el 2023, lo que permitió generarle divisas al gobierno de Maduro del orden de 17,000 MMUS$. 

La necesidad del crudo venezolano por parte de las refinerías americanas es porque muchas de ellas han sido configuradas para operar con volúmenes mayoritarios de crudo pesado que se produce en tierras llaneras, lo que permite obtener altas rentabilidades. 

La digresión realizada es para mostrar que en política no hay divorcio con los intereses de grupo, y el caso petrolero descrito es más que elocuente, Trump en su discurso inaugural no ha mencionado a Venezuela, y coincidentemente en días previos no le concedió reunión a Edmundo Gonzáles. 

Un primer tema a tener en cuenta es la decisión del mandatario estadounidense de autorizar la incursión en actividades petroleras en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico. Espero que no sea imitado en nuestro país, permitiendo liberalidad de operación en el Parque Nacional Bahuaja Sonene y Reserva Nacional Tambopata-Candamo, en la región Madre de Dios, donde ya hay Convenios de Evaluación Técnica firmados, que son trabajos preexploratorios.

Un segundo punto es que el Perú ya hay una política energética a favor de las energías renovables, tanto en el área de combustibles (con leyes de promoción para el etanol y biodiésel, que son herramientas para la inclusión social del área rural), como en la generación eléctrica, donde la producción solar y eólica tiene altos rendimientos y permite mejorar el precio al consumidor final.

La diversidad de fuentes de energía eléctrica es una necesidad para nosotros. La participación del gas natural (GN) llega al 30% de las fuentes primarias, con una gran limitante de por medio, la no reposición de reservas en los últimos 20 años, y con un horizonte de no contar con ellas en menos de dos décadas, según las estadísticas oficiales.

Según el libro de reservas del año 2023, publicado en el más absoluto silencio por el Ministerio de Energía y Minas, el 95.3% de las reservas probadas de GN están ubicadas en la selva sur, que en buen romance significa en los lotes 88 y 56, operados por la argentina Pluspetrol, y el 57, operado por la española Repsol. 

Cuando se revisa el detalle del ritmo de producción y reservas probadas desarrolladas y no desarrolladas al cierre del 2023, se tiene que en el lote 88 hay reservas para 18 años, en el 56 para 8 años y en el 57 para 15 años. La interrogante es ¿que se hará con la exportación en una operación conjunta de los lotes 56 y 57 que no llegan a los 10 años de producción?

En el Perú hay una oportunidad para inversiones intensivas en renovables, que manejadas con responsabilidad normativa no tienen por qué ser una amenaza a la seguridad energética, que tanto han predicado los fósiles residentes en nuestro país, sin reconocer que las vulnerabilidades están por el lado de ellos.