Rocío Valverde

Carrera profesional y habilidades transferibles

El difícil camino del ascenso laboral

Carrera profesional y habilidades transferibles
Rocío Valverde
16 de junio del 2019

 

Han pasado ya algunos años desde que me inserté en el mercado laboral. No fue fácil, en general, para las personas de mi generación porque el mundo atravesaba una gran recesión.

Como un típico millennial, busqué plantillas de curriculum vitae en Internet, y elegí la más simple sin prestar la mínima atención. Puse todos mis datos y, al terminar, le pedí a mi padre una copia de su CV para poder compararlos. ¡Qué ataque de pánico! Solamente la vida laboral de mi padre era más larga que mi detallada hoja de vida, que consistía en mis voluntariados, pasantías, trabajos de verano, estudios y hobbies.

Aún recuerdo el día en el que pedí una cita con el servicio de revisión de CV de mi universidad. Creía ingenuamente que por arte de magia se me abrirían los ojos, escucharía el canto de los ángeles y descubriría que había obviado algo esencial. Por fin alguien me iba a revelar el secreto que todos los adultos con hipotecas compartían, y en un mes estaría trabajando en mi puesto soñado. No fue el caso, ese día no me registraron en ninguna logia secreta.

La cita fue un desastre anunciado. Luego de pasar meses bajo la supervisión de un post doc y estando en medio de la redacción de mi tesis no tenía claro si quería hacer una carrera en el mundo académico o irme a una empresa privada. Por algún extraño motivo terminé haciendo una sesión de psicoanálisis con esta doctoranda, y por fin salió a la superficie que me había autoimpuesto la expectativa de hacer un doctorado. Incluso llegué a la mitad del proceso en el que solamente me faltaba una parte de la beca para las bench fees, pero terminé admitiéndole a un profesor que nada me haría más feliz que otra persona sudamericana tuviera esa oportunidad.

¿Alguien les aclaró las dudas de cómo labrarse una carrera profesional? Mis compañeros se hundían en la misma arena movediza. Durante la etapa universitaria ningún tutor me habló de una carrera fuera del mundo académico. Mis padres no me podían orientar, pues yo era la primera de mi familia en seguir una carrera de ciencias microbiológicas.

Es entonces cuando necesitas la ayuda del servicio de revisión de CV, cuando tienes que encontrar los aprendizajes transferibles para la carrera laboral que deseas. ¿Has trabajado enseñando idiomas a niños? Entonces tienes habilidades de comunicación, organización y eres capaz de producir materiales escritos. ¿Has trabajado en un laboratorio de análisis de muestras de agua? Además de contar con buenas prácticas de laboratorio debes de haber aprendido mucho de seguridad en el laboratorio y a organizar tus tiempos, porque las muestras de agua deben ser analizadas el día en el que son recibidas. ¿Has trabajado en un puesto de comida rápida? En un ambiente tan vertiginoso tienes que haber aprendido a trabajar en grupo, bajo presión y al detalle. Con habilidades transferibles y una correcta ética de trabajo se tiene que salir a luchar a la jungla laboral.

Yo quería ser directora de ensayos clínicos, para empezar. La parte clínica la tenía, pero me faltaba el título de administración o negocios. La actitud optimista de millennial fue pulverizada en el primer mes de búsqueda de empleo. ¿Por dónde comienzas? En mi mente cantaba Serrat: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Golpe a golpe, verso a verso”. Revisé quizás cerca de cien curriculums de mánagers, perfectos desconocidos, en LinkedIn para encontrar cual había sido su progresión. Pude ver los peldaños que tenía que subir para llegar a la cima de mi carrera profesional y empecé en el subsuelo, casi llegando al manto inferior de la tierra, pero había empezado.

De técnico de laboratorio de una farmacéutica pasé a trabajar para una Organización de Investigación por Contrato (CRO) y finalmente pasé a trabajar en proyectos clínicos de una farmacéutica. Suena accesible, pero para llegar a ello, siendo técnico, me involucré en los ensayos clínicos dentro de la farmacéutica y formé parte del grupo que fue entrevistado durante una inspección de la FDA. Estudié por mi cuenta como mi jefe escribía las SOP y aprendí detalles técnicos sobre la producción de medicinas, qué significaban los distintos números de lotes y por qué había un número específico de muestras de retención. Aprendizajes que sabía me servirían para la meta elegida.

Dentro de la CRO fui monitora de ensayos y especialista en proyectos, incluso al mismo tiempo. Tomé absolutamente todos los recursos disponibles en las plataformas virtuales de la empresa para aprender acerca de la redacción de contratos, negociación de presupuestos y regulaciones en países europeos. Y tuve la suerte de trabajar con profesionales excelentes que aguantaron que les haga mil preguntas. Puedo decir sin cinismo alguno aquella cursi frase que me repitieron mis padres: con esfuerzo todo se puede conseguir. Claro, tener padres ejemplares sirve de motivación.

Hoy sigo escalando esa montaña, pero la cumbre ya no parece tan lejana. El camino hubiera sido más fácil si en la universidad me hubieran introducido a los conceptos de carrera profesional o habilidades transferibles. Pero esta es una de las cosas que los adultos con tarjeta de presentación suponen que los adultos que visten su primer traje saben. Creo que la siguiente generación viene más espabilada. Y si no, espero que lo escrito les ayude en algo.

 

Rocío Valverde
16 de junio del 2019

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