Martín Taype
Caída de las expectativas empresariales en el Perú
Resultados de la encuesta mensual del BCRP

Como es de público conocimiento –y motivo de estudio, análisis y debate en los ambientes académicos, políticos y empresariales–, las expectativas figuran entre las variables relevantes que afectan la economía de un país. Casi en el mismo nivel que indicadores como la inflación, el tipo de cambio, el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, entre otros.
Si tenemos claro que los indicadores mencionados pueden variar en un periodo de tiempo, a raíz de las expectativas, su impacto en la marcha de la economía de un país tomará relevancia y sostenibilidad en el tiempo, si las expectativas mencionadas se transforman en hechos concretos: una errática política económica de Estado, inestabilidad política o la influencia negativa de factores económicos y geopolíticos externos. Para efectos prácticos de lo expuesto, veamos el caso actual de las expectativas empresariales en el Perú.
Según la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), publicadas en las Notas de Estudio del BCRP N° 62 (del pasado 5 de septiembre de 2019), casi todos los indicadores de expectativas cayeron en el mes de agosto con respecto a julio de este año. El índice de la economía a 3 meses cayó de 49.1 a 45.2 puntos, el índice sobre la economía a 12 meses cayó de 57.9 a 53.4 puntos, el índice del sector a 3 meses cayó de 52.1 a 49.9 puntos, el índice del sector a 12 meses cayó de 59.9 a 58.3 puntos, el índice de la situación de su empresa a 3 meses cayó de 55.8 a 53.8 puntos, el índice de la situación de su empresa a 12 meses cayó de 69.0 a 64.1 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 3 meses subió de 55.1 a 55.7 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 12 meses cayó de 66.3 a 65.9 puntos, el índice de contratación de personal a 3 meses cayó de 48.2 a 46.2 puntos y por último el índice de contratación de personal a 12 meses cayó de 53.9 a 51.7 puntos.
Considero que los resultados de la citada encuesta son fruto del contexto interno que sigue golpeando a nuestro país, como los recientes conflictos sociales, la inestabilidad política (principalmente por el permanente conflicto entre los poderes Ejecutivo y Legislativo), las continuas denuncias de corrupción difundidas constantemente por los medios de prensa, el aún alto nivel de inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas. Todo ello se suma a un difícil e incierto contexto económico y geopolítico externo, donde la guerra comercial entre Estados Unidos y China se intensifica y viene empujando al mundo a una desaceleración económica, y la agudización de las tensiones militares entre Estados Unidos y Rusia, China, Siria, Irán, Corea del Norte, entre otras potencias militares, son a entender de muchos, el motivo del desplome de las expectativas empresariales que se han reflejado en la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas. Esto puede influir negativamente en algunos indicadores de nuestra economía y en el comportamiento de los inversionistas, tanto locales como extranjeros, durante lo que queda del presente año.
En tal sentido, es fundamental que se tomen acciones inmediatas para cambiar esta situación y mejorar las expectativas empresariales. Para ello, la gestión del Gobierno actual debe tomar con firmeza y transparencia las medidas correspondientes para combatir eficiente y eficazmente los citados problemas internos que golpean a nuestro país; pero debe hacerlo respetando el marco constitucional. Y en el aspecto económico, se debe promover la diversificación de nuestra oferta exportable, especialmente de productos no tradicionales y terminados, para no depender mucho de los precios internacionales de los minerales y otros productos primarios, que son la base actual de nuestras exportaciones y que resultan muy vulnerables a los vaivenes de los mercados internacionales.
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