Basta de abusos en el expendio de medicamentos

Como es de público conocimiento, el difícil contexto económico y geopolítico actual está afectando a las economías de todo el mundo en mayor o menor medida, y también el clima de negocios en los países. En este contexto, muchos gobiernos vienen aplicando duras medidas de austeridad. Pero al igual que los gobiernos, también las empresas se ven afectadas y varias han adoptado diversas estrategias defensivas para sobrevivir y mantenerse en el mercado. Una de esas estrategias es la reducción de costos.

Sin embargo, varias empresas aplican otras estrategias que perjudican a los consumidores. Uno de los casos más relevantes en nuestro país es el del abuso en el expendio de medicamentos en las clínicas afiliadas a los programas de salud privados. Este abuso se aprecia en varias modalidades. La primera es el incremento de los precios de los medicamentos en las farmacias de las clínicas, con respecto a los precios de los mismos productos en las boticas y farmacias. De forma tal que los descuentos por ser afiliado a un programa de salud no son en realidad efectivos, como correspondería.

La segunda es que los medicamentos que se venden en las farmacias de las clínicas muchas veces no son de primer nivel, de marcas reconocidas de alta calidad, sino fabricadas en laboratorios extranjeros o nacionales que ofrecen productos más económicos. Pero que no necesariamente brindan al paciente la garantía de un producto de marca reconocida.

La tercera es la ausencia de medicamentos en las farmacias de las clínicas, ofreciendo al paciente uno alternativo al que fue prescrito por el médico tratante. Y en el caso de pacientes que sufren de problemas de salud crónicos —y que tienen buena tolerancia y resultados con determinado producto y marca durante varios años— obligan al paciente, muchas veces, a comprar el medicamento de manera particular en boticas y farmacias.

La cuarta es la escasa cobertura de medicamentos en las farmacias de las clínicas. Algunas veces los programas de salud no cubren el universo de medicamentos existentes que requiere el paciente para su tratamiento o para atenuar los efectos secundarios de un medicamento principal prescrito.

Sobre el particular debo expresar que si bien específicamente nuestra Constitución en su artículo 59 expresa “El Estado estimula la creación de riqueza y garantiza la libertad de trabajo y la libertad de empresa, comercio e industria. El ejercicio de estas libertades no debe ser lesivo a la moral, ni a la salud, ni a la seguridad públicas”. También en su artículo 7 indica “Todos tienen derecho a la protección de su salud”; y en su artículo 9 indica “El Estado determina la política nacional de salud”. Ello no es justificación para el abuso en el expendio de medicamentos en las clínicas afiliadas a los programas de salud privados.

En tal sentido, considero que las entidades competentes del Estado tomen acciones de inmediato para corregir este abuso de los programas de salud privados en lo concerniente al expendio de medicamentos. También exhorto a que los pacientes denuncien este tipo de abuso ante las autoridades competentes; y a los medios de prensa para que en su rol informativo investiguen sobre lo expuesto y acojan las denuncias de los pacientes sobre el tema. No es justo que año a año suban los costos de los programas de salud privados y los servicios brindados no sean los adecuados.