Cesar Gutierrez
Argentina: la realidad rebasa al voluntarismo
Un tema que deben tomar en cuenta los Milei lover’s peruanos
La prédica desenfadada desplegada intensamente por Javier Milei, tanto en Argentina como en otros países de la región, fustigando al establishment y calificando a sus actores como “la casta”,generó expectativas a nivel internacional, y en su país lo llevó a la presidencia, a la cual ha juramentado hace cuatro días. En Perú, donde la identificación del posicionamiento en política se ha reducido a la dicotomía derecha o comunismo, Milei se ha ganado un nutrido grupo de seguidores entre los primeros, a los que recomiendo poner a buen recaudo su entusiasmo.
Pasando revista a lo que se viene experimentando en el país de La Plata, empiezo por la ceremonia de asunción de mando. No hubo asistencia masiva de líderes internacionales de las canteras de derecha dura, solo el expresidente Bolsonaro. Dos consultas para el análisis de los especialistas de estrategias políticas: ¿están sobredimensionadas las expectativas que se han generado en la región? ¿O los líderes internacionales de primera línea guardan cautela, esperando ver cómo se desenvolverá Milei en aguas turbulentas?
Un segundo aspecto es el de su comunicación y de la generación de empatía con la ciudadanía. Al estilo de los mandatarios norteamericanos ,que lo hacen desde los exteriores del Capitolio, Milei expuso desde la parte frontal del edificio del Legislativo. Utilizó un lenguaje típico de profesor de macroeconomía, abundante en cifras y conceptos que un ciudadano de a pie no entiende; sin embargo, había fervor en los asistentes, el “kirchnerismo” había generado hartazgo, 16 años de permanencia en el poder, en 20 años, ya eran suficientes.
Una tarea para los especialistas en comunicación política, ¿el enganche de Milei con el elector era lo gestual y fraseo coprolálico y no su mensaje economicista? Hay que recordar que en campaña presentaba tres vertientes: la del irreverente con motosierra en mano, la del que hablaba en difícil –como se lo recordó en el primer debate presidencial la líder de izquierda, Myriam Bregman– y del que rehuía a tratar el detalle, como quedó en evidencia en el segundo debate presidencial, encarado por su contendor Sergio Massa con su recordado: “Para que diga por sí o por no”.
Pasadas las formas, corresponde ir a los temas de fondo, que empiezan por la formación del gabinete, donde sus promesas empiezan a chocar con la realidad y se generan dudas sobre la eficacia de las decisiones a tomar. En primer término, el apoyo electoral de Juntos por el Cambio ya le pasó factura, tres de nueve ministros son de sus canteras: Patricia Bullrich, en Seguridad; Luis Caputo en Economía y Luis Petri en Defensa.
El punto más sensible es la economía, donde el nuevo gobierno hereda distorsión de precios relativos, inflación con tendencia de 200% anual, deuda de 33,000 millones de dólares (MMUS$) al nuevo cambio oficial (800 pesos/dólar) en documentos de esterilización de pesos (Leliqs y Pases Pasivos), restricciones para la disposición de dólares (cepo cambiario) carencia de reservas internacionales netas, subsidios a la energía (electricidad y combustibles, cuyo precio es cerca de sexta parte de los valores reales y deuda externa del orden del 85% del PBI.
En este caótico escenario los anuncios recientes del ministro Caputo han sido gaseosos, con indefiniciones en el sinceramiento de subsidios en energía y pasajes; limitados por la carencia de dólares, que no le ha permitido levantar el cepo y que lo ha obligado a no poder liberalizar el tipo de cambio y mantener el contrasentido de los impuestos a las exportaciones. Muchas limitaciones y la estanflación no ha podido ser negada.
Finalmente, Milei ya ha tenido que retroceder en su discurso confrontacional con Lula, dado que es un socio comercial de primer orden, y en su predicado anticomunismo, en particular con China. Se ha visto obligado a negociar, con carta incluida a Xi Jinping, por tener un canje (swap) de yuanes por dólares, nada menos que por 6,500 MMUS$ que Argentina los necesita con urgencia.
Lo que está demostrando el estrenado gobierno de Milei es que a pesar del discurso economicista que exhibía y hacía que lo percibieran como un conocedor, no lo era; desconocía los vericuetos del ejercicio gubernamental y además no contaba con un equipo de técnicos que le permitiese anunciar un programa desde el primer día. El futuro de su mandato es impredecible.
COMENTARIOS