Aquí se mata menos

No hay nada más absurdo que pretender justificar la derrota o la incapacidad con hechos o comparaciones absurdas. Que el ministro del Interior del Perú, Juan José Santivañez, indique que en el Perú estamos en una situación superior que en el resto del continente porque aquí se mata menos, es de las declaraciones más lamentables que un funcionario público haya dicho en los últimos años. En efecto, decir que como en el Perú se está asesinando a un ritmo de seis peruanos diarios, lo que daría una proyección de más de 2,000 personas a fines del 2025, nos coloca en un nivel superior a Colombia o México porque en aquel país mueren 13,000 personas al año mientras que en este superan las 30,000 es una demostración de que el ministro Santivañez, como dicen diversos comunicados, está muy lejos de las exigencias de las circunstancias.

Los ejercicios comparativos no tienen validez en términos de impacto social y las estadísticas tienen que verse como referencias, sin dejar de lado el contexto y las consecuencias que se generan. Abusar de los números como hace el ministro del Interior para burla del mundo, puede llevar a que los simpatizantes del MRTA digan que son unos niños de pecho al lado de Sendero Luminoso pues a unos se les sindica 12,000 muertos en tanto al otro 69,000. O que Sendero justifique sus acciones y salvajismo pues su cifra de muertos es menor al número de asesinados por el Khmer Rouge en Camboya que fue 1.7 millones. O que la extrema derecha alemana justifique al Holocausto de los nazis y Hitler pues sus seis millones de asesinatos palidecen ante las cifras logradas por la industria de la matanza rusa con Stalin, 20 millones, o las masacres chinas del Gran Salto Adelante que llegaron a 50 millones.

No es así, señor Santivañez. Una sola muerte puede ser causa de una guerra mundial o un parteaguas en la indignación popular. El asesinato de María Elena Moyano a sus jóvenes 33 años causó tanta indignación popular que contribuyó a la caída de Sendero Luminoso. Que los parientes políticos de María Elena no se indignen con sus palabras y más bien se pongan de su lado, escudándolo, es señal del deterioro moral del país.

En el año 2013 un ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, tuvo que renunciar entre otras cosas porque dijo que el problema de la seguridad era un problema de percepción. Enfrentaba una censura imparable de un verdadero Congreso, no como el que tenemos ahora.  Usted, señor Santivañez, el premier Gustavo Adrianzén y la presidenta Boluarte se aprovechan de la penosa convivencia con el peor conjunto político parlamentario de toda la historia del Perú para decir barbaridades y justificar su incompetencia. Por sus solas palabras usted y el comando de la PNP que lo apoya deberían ser expectoradon.

El daño que le vienen haciendo al país es incalculable.