Alta evasión tributaria en rentas de trabajo

Como es de público conocimiento, una política fiscal eficiente y eficaz asegura el financiamiento de las políticas sociales, mediante la recaudación tributaria, y contribuye, mediante un adecuado gasto público, al desarrollo del país. Lamentablemente los resultados obtenidos a la fecha en nuestro país, debido a factores internos y externos, distan mucho de lo esperado.

Recordemos que la presión tributaria (ingresos como porcentaje del producto bruto interno) del Perú llegó apenas a 14.1% del PBI en el año 2018. Una tasa por debajo del promedio de América Latina, que alcanza un 23% del PBI, y de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que alcanza un 34% del PBI. 

Recientemente el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) estimó que la evasión tributaria de las personas naturales (dependientes e independientes) que percibieron rentas de trabajo en el 2018 alcanzaría los S/ 2,381 millones; es decir, que el Estado peruano dejó de percibir importantes recursos, necesarios para garantizar el financiamiento y desarrollo del país. Así lo informó la Cámara de Comercio de Lima (CCL), el 02 de octubre del año en curso en su página web https://camaralima.org.pe/principal.

Cabe señalar que la evasión tributaria en rentas de trabajo es entendida como el uso de medios ilegales (como no declarar todos los ingresos) para reducir el pago de impuestos que le correspondería pagar a un contribuyente que percibe ingresos de cuarta categoría (trabajadores independientes) o de quinta categoría (trabajadores dependientes).

“Esta estimación resulta de la diferencia de la recaudación tributaria potencial y la recaudación efectiva registradas en el 2018, de S/ 12,503 millones y S/ 10,122 millones respectivamente. Con ello se estima que la evasión tributaria para las rentas de trabajo habría alcanzado una tasa del 19%, un monto de S/ 2,381 millones”, precisó César Peñaranda, director ejecutivo del IEDEP de la CCL, en la citada publicación.

Cabe señalar que la estimación de la recaudación tributaria potencial 2018 se realizó con base en la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), mientras que las cifras de la recaudación tributaria efectiva provienen de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT).

El IEDEP también indicó que en 12 regiones del país la evasión de impuestos por rentas de trabajo estaría por encima del 80%, figurando en esa lista Áncash, Moquegua, San Martín, Amazonas, Huánuco, Tumbes, Madre de Dios, Pasco, Loreto, Tacna, Lambayeque y Junín. Asimismo, en ocho regiones la evasión oscilaría entre 60% y 80%: Ayacucho, Cajamarca, Ucayali, La Libertad, Apurímac, Piura, Puno y Cusco. Por su parte, en Ica la tasa estaría entre 40% y 60%; mientras que en Arequipa y Huancavelica sería entre 20% y 40%. En el caso de Lima, la evasión sería menor al 20%.

Esta situación es muy preocupante y tiene que revertirse. Para ello debemos tener presente que todos los esfuerzos orientados a incrementar la base tributaria y combatir la evasión y elusión tributaria, y por ende a incrementar la recaudación, no serán útiles y sostenibles en el tiempo si no se logra cambiar la mentalidad de la sociedad peruana.

Así, las medidas de facilitación del pago de impuestos, de acercamiento al contribuyente y las acciones de fortalecimiento de fiscalización  y la generación de sensación de riesgo, tendrán un efecto de incremento de la recaudación solo en el corto plazo. Difícilmente podrán ser sostenibles en el tiempo con una tendencia creciente al cumplimiento tributario, si el contribuyente no está convencido de que sus impuestos se utilizarán adecuadamente y no se perderán en la corrupción o malos manejos de los fondos públicos.

Esta tarea corresponde al Gobierno peruano, mediante la adopción de políticas de lucha frontal contra la corrupción y de una eficiente y transparente gestión en la administración pública, sin injerencia política ni favoritismos de ningún tipo. Solo así se brindará una percepción de confianza al contribuyente, de que sus impuestos serán bien utilizados y que contribuirán al desarrollo de nuestro país.