Cecilia Bákula

Academia Diplomática del Perú: 65 años al servicio del país

Una de las más antiguas de América Latina

Academia Diplomática del Perú: 65 años al servicio del país
Cecilia Bákula
16 de agosto del 2020


Es inmediata la asociación que hacemos entre el Servicio Diplomático de la República y la Academia Diplomática del Perú “Javier Pérez de Cuéllar”, institución educativa del más alto nivel en cuanto a la formación profesional esencial que requieren aquellos que pretenden incorporarse, como servidores del Estado, al Ministerio de Relaciones Exteriores.

El mes de agosto es de gran significado tanto para la Cancillería como para la Academia Diplomática. El Ministerio de Relaciones Exteriores, creado por decreto de don José de San Martín, el 3 de agosto de 1821, es sin duda una de la instituciones más emblemáticas del país y ha celebrado ya sus 199 años, por lo que se prepara con todo derecho para festejar, junto con nuestra República, su Bicentenario. Es muy larga, fructífera y eficiente la labor de ese portafolio, que se inicia con el nombre de Secretaría de Estado y de Relaciones Exteriores, habiéndose designado como primer responsable de la recién creada institución a Juan García del Río.

Del mismo modo, este 18 de agosto la Academia Diplomática “Javier Pérez de Cuéllar”, cumple 65 años. Corrían los tiempos del gobierno del general Manuel A. Odría, quien suscribió el Decreto Supremo Núm. 328, del 18 de agosto de 1955, junto con el entonces canciller don David Aguilar Cornejo. Mediante este dispositivo legal se perfeccionaba el funcionamiento de esa institución, vinculada íntimamente y dependiente del propio Ministerio de Relaciones Exteriores. Y de alguna manera, se daba cumplimiento a un instrumento legal precedente: el Decreto Supremo Núm. 310, que llevaba la firma del embajador Ricardo Rivera Shereiber, como canciller en ese momento, y que señalaba la conveniencia de constituir esa unidad académica.

La fundación de la Academia Diplomática era, desde años antes a 1955, un clamor y una necesidad para poder formar a los futuros diplomáticos con el rigor y las características particulares que su desempeño requiere. Así lo había manifestado, entre otros, el embajador Pedro Ugarteche Tizón, quien había formulado y expresado, en distintos foros y documentos, la necesidad institucional de contar con una entidad de formación profesional particular.

Las labores empezaron en abril de 1956. Los primeros alumnos tuvieron el honroso privilegio de estudiar bajo la batuta y tutela del embajador Alberto Ulloa Sotomayor, el primer director y quien, para ese entonces, era ya un funcionario diplomático de alto nivel y prestigio. Ulloa había destacado como político, investigador, analista internacional, diplomático y escritor, y había sido senador y ministro de Relaciones Exteriores en 1936.

La Academia Diplomática es hoy la única forma a través de la cual se ingresa al Servicio Diplomático de la República. Ello asegura la mejor formación profesional, técnica, humana y de valores, en tiempos en que la acción exterior ha cambiado notablemente de parámetros en el universo del concierto de las naciones en el que se mueve el Perú, como Estado soberano. En ese sentido y, dentro de un mundo cada vez más globalizado y con todos los asuntos fronterizos ya cerrados, los funcionarios diplomáticos del Perú, se preparan para actuar en ámbitos muy diferentes a los tradicionales.

Cabe señalar que la Academia Diplomática del Perú es, en América Latina, la segunda en antigüedad, después del Instituto Río Branco, asociado a Itamaraty, en el Brasil, en homenaje y reconocimiento a la labor fundamental de José Maria da Silva Paranhos Junior, Barón de Río Branco. Del mismo modo, la nuestra ha querido identificarse con un peruano notable; y es por ello que, desde 2011, lleva el nombre del ilustrísimo embajador Javier Pérez de Cuéllar, insigne diplomático peruano que ocupó en dos oportunidades la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas, y que fue también canciller y ministro de Relaciones Exteriores.

Desde 1956, la Academia Diplomática del Perú “Javier Pérez de Cuéllar”, que hoy ocupa una espaciosa casona san isidrina, legada por el embajador Igor Velásquez Rodríguez, forma no solo a los futuros diplomáticos, sino que recibe en sus aulas, a manera de intercambio, a alumnos de distintos países amigos. Ellos aprenden el arte de las relaciones y negociaciones internacionales en sus aulas, creándose así vínculos de amistad e intercambio, indispensables en el ejercicio profesional futuro.

En la actualidad, bajo la dirección del experimentado embajador Allan Wagner Tizón, la Academia Diplomática del Perú “Javier Pérez de Cuéllar” sigue fiel a su visión y misión primigenias, brindando un altísimo servicio a la Nación. Estos primeros 65 años, asociados a la bicentenaria Cancillería, merecen un saludo, un festejo y la expresión de una firme esperanza respecto a la continuidad de su altísima misión.

Cecilia Bákula
16 de agosto del 2020

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