LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¿Sigue el reinado de Nadine?
Destapes sobre Dini pueden entenderse solo por disputas entre facciones del poder.
La posibilidad de una censura del Gabinete que preside Ana Jara no solo plantearía interrogantes a los cruciales temas de la gobernabilidad, sino que también dibujaría enormes preguntas sobre el futuro del nacionalismo en las elecciones del 2016. Desde cualquier aproximación, derribar al Gabinete es, prácticamente, eliminar las posibilidades de una carrera política de la señora Jara. Todos los observadores veían posibilidades políticas en los gestos suaves y las buenas maneras de la jefa del Gabinete.
Luego que el general, Daniel Urresti, irrumpiera en el escenario tratando de erigirse en el candidato “en contra de los políticos tradicionales” y después de algunas encuestas auspiciosas, la figura de Jara como que entró en un paréntesis, en una especie de limbo a espera de tiempos mejores. La salida de Urresti del despacho de Interior disparó las limitaciones del general que hacía locuras para imitar al primer Hugo Chávez y su vuelo en parapente y sus groserías pasaron desapercibidos mediáticamente. Los hechos parecían volver a favorecer a Jara.
Sin embargo el destape sobre las miles de búsquedas de la Dini de propiedades y activos de políticos, empresarios y periodistas, ha empujado a la jefa del Gabinete al borde del abismo de la censura ministerial. Si bien es cierto que en política nada está dicho hasta que el reloj marque el último minuto disponible, es evidente que Jara se ha quedado sin margen de juego. La oposición negaría su propia naturaleza si no animara con fuerza la posibilidad de la censura ministerial.
No obstante, en medio de todas estas especulaciones sobre el futuro del Gabinete, empezamos a olvidar algo: que la eliminación de Jara y el adelgazamiento de Urresti, otra vez, dejan a Nadine Heredia como la única figura viable del nacionalismo. Sería absurdo considerar que la señora Heredia trate de tentar nuevamente la reelección conyugal. La cosa no va por allí porque no hay respaldo popular. El asunto más bien podría ir por la idea de convertirse en el único poder de negociación en el desenlace electoral del 2016. Nadine como cabeza de lista parlamentaria, pero Nadine elaborando la lista de los congresistas nacionalistas.
Semejantes especulaciones, inevitablemente, nos llevan a las suspicacias. Los destapes sobre la Dini solo se pueden entender por las disputas internas entre facciones. Cuando en los organismos de inteligencia algo se descompone todos los trapos terminan expuestos al sol. La última noticia acerca de este organismo no fue un detalle sino la suma de todos los detalles y la principal afectada fue la señora Jara. ¿Tiene algo que ver el reinado de Nadine?
En todo caso, una vez más el nacionalismo demuestra su naturaleza e identidad: una pareja conyugal que decide hacer política al margen de colectivos e instituciones partidarias donde el objetivo principal es permanecer en la cúspide del espacio público. Quizá el destino de la señora Jara comience a dibujar el futuro de todos los colaboradores nacionalistas, incluso, de los más leales. Cuando no hay instituciones partidarias todo se sacrifica a favor del rey o de la dinastía encaramada en las alturas.
Por Víctor Andrés Ponce
25 - Mar - 2015
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