LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¡Salvemos a Jara!
Gobierno sacrifica cuatro ministros para poder mantener a la titular de la PCM.
Luego de que se conociera que el fujimorismo y el aprismo habían reunido firmas suficientes para plantear la censura al Gabinete Jara, en Palacio se comenzó a barajar cambios en el Consejo de Ministros para evitar el choque con el Legislativo. Se habló de la salida de Daniel Figallo de Justicia y Carmen Omonte del ministerio de la Mujer, pero fue evidente que el gesto era insuficiente.
Si alguien pretendía salvar al Gabinete Jara tenía que ofrecer más y, entonces, se conoció que también se iban el agresivo Daniel Urresti de Interior y Eleodoro Mayorga de Energía y Minas. En el aprismo y en el fujimorismo seguramente se dijo que faltaba la testa del errático Pedro Cateriano en Defensa, pero era evidente que Palacio había tomado la iniciativa y, de una u otra manera, comenzaba a desarmar una eventual censura legislativa del Gabinete Jara.
Al César lo que es del César. Bien por la administración nacionalista que recupera cierta sensatez al sacar a Urresti no obstante sus niveles de popularidad y muy bien por las posibilidades de un nuevo clima político en el país. En la democracia peruana ha sucedido lo que pasa en las sociedades abiertas: los ministros que la embarraron han asumido su responsabilidad política por los hechos de Pichinaki y han tenido que dejar el cargo.
El tablero político se ha movido con estos cambios. Por ejemplo, el aprismo y el fujimorismo ahora tienen menos argumentos para negarse a participar en los diálogos que convoca el Ejecutivo. La testa de Urresti ha sido entregada en bandeja de plata y el ex ministro del Interior se ha convertido en un actor más del espacio público.
En el oficialismo se suele afirmar que detrás de estos cambios habría triunfado la línea de Nadine Heredia con un solo objetivo: salvar a Jara. En todo caso, al margen de la verosimilitud de estas versiones nadie puede negar que se sacrificó todo para salvar a Jara. Pero los cambios no significan que la polarización vaya amainar. ¿A qué nos referimos?
Ni bien dejó el cargo y ya con los pies en el llano, Urresti volvió a cargar contra Alan García y Keiko Fujimori anunciando que volvía a reactivar la batería de Twitter. Agregó incluso que dentro de quince días estaría definiendo una eventual candidatura presidencial. En todo caso ahora Urresti ya no tiene la circulina ni el fajín ministerial para ganarse titulares y si quiere hacer carrera política tendrá que hacerlo a pulso y en base a sus propias “fuerzas”. Aunque si entra en campaña, ¿alguien duda que Palacio no le prestará maquinaria y recursos? Pero en todo caso una cosa es tener titulares como ministro y otra como un simple mortal. Urresti tiene el fantasma del olvido, de la intrascendencia, revoloteando a su alrededor.
Pero llama la atención la versatilidad política de Palacio. ¿Hay nuevo asesor? Ahora el nacionalismo puede salvar a Jara, quien con sus buenas maneras y tonos amables es una candidata presidencial viable y, por otro lado, ha soltado a Urresti a la calle sin correas ni contrapesos para atacar a los “políticos tradicionales” y tratar de convertirse en el outsider. No está mal para un régimen que comenzaba a caerse.
Por Víctor Andrés Ponce
18 - Feb - 2015
COMENTARIOS