LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Los estados desunidos del sur
Sobre la decisión del presidente de amplificar la provocación de militares chilenos.
Los historiadores siempre han contrastado la evolución política de la región norte de América con respecto a la del sur. En el lado septentrional se levantó la arquitectura constitucional y económica más imponente de Occidente: Estados Unidos. En el austral, por el contrario, surgieron los estados desunidos del sur. En Sudamérica no había razón alguna para la balcanización de los estados: excepto Brasil, todos los proyectos estatales eran herederos de España, hablaban un mismo idioma, y compartían las mismas tradiciones institucionales y políticas.
¿Por qué la Sudamérica española se balcanizó? Tremenda pregunta con respuesta inalcanzable, pero quizá porque se quiso implantar las instituciones republicanas al margen de una sociedad de propietarios y con una creciente exclusión social. La república no prosperó y los intentos de imitar al presidente estadounidense fracasaron por la proliferación de caudillos de todo tipo. La república no podía prosperar sin mercado. ¿A qué viene todo esto?
La reacción de Humala frente al espionaje chileno y el intento de escalar la tensión con el retiro temporal del embajador del Perú en Santiago nos recuerda, precisamente, a los caudillos de todos los tamaños que, incapaces de gestar corporaciones y voluntades colectivas, convirtieron la América española en una de las regiones más fragmentadas del planeta. A diferencia de los padres fundadores del norte, que llevaban los libros de Locke en el bolsillo y creían en un proyecto de ciudadanos y propietarios, los caudillos del sur siempre creyeron que la historia tenía que empezar y terminar con su nombre. Demás está recordar cómo se fragmentó el Perú por estos impulsos.
La reacción nacionalista frente al espionaje chileno nos indica que la historia no avanza en línea recta sino que transita en zigzags, en círculos e, incluso, puede regresar al punto desde el cual todo empezó. Nunca Perú y Chile estuvieron tan integrados económica y socialmente, nunca estuvieron tan cerca de derribar las fronteras luego del fallo de La Haya, y de desarrollar una tendencia contraria a los estados desunidos del sur.
Si vemos que ambos países se han convertido en pilares de la Alianza del Pacífico, es decir, en sociedades con democracia y economía de mercado, que desarrollan un modelo radicalmente diferente al de los países bolivarianos y los estatismos de la región, ¿cómo entender la reacción del nacionalismo frente al evidente problema con Chile?
Quizá una de las claves de la modernidad sea entender que, en las relaciones entre dos estados siempre co-existirán el futuro con el pasado. Es un sueño que haya futuro sin rezagos del ayer. En otras palabras, siempre habrá enemigos de la paz y de la integración, como en cualquier lugar del planeta. Pero lo sabio y prudente es saber aislar a esas tendencias auto destructivas, dejar sin espacio a la grita nacionalista que solo quiere incrementar los presupuestos militares, porque las cosas del futuro son más poderosas y en ambos países la mayoría está por la paz.
Sin embargo, Humala, sorprendentemente, ha decidido amplificar la provocación de un grupo de militares chilenos contraria al sentimiento de su clase política y empresarial. Y al hacerlo, el Mandatario peruano nos recuerda a los caudillos militares y a las tradiciones que crearon los estados desunidos del sur.
Por Víctor Andrés Ponce
09 - Mar - 2015
COMENTARIOS