LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
La química Cateriano-oposición
Regresa la distensión política tras aprobarse la delegación de facultades
La delegación de facultades legislativas, con uno que otro candado, al Gabinete Cateriano que aprobó el Congreso, cierra el último capítulo de la historia de enfrentamientos entre Ejecutivo y Legislativo durante el gobierno nacionalista. Sorprendentemente el final de esta escena, otra vez, refleja un clima de distensión antes que de confrontación.
Unas horas antes, con la insistencia del Congreso en la norma que exonera permanentemente a las gratificaciones de julio y diciembre del aporte al sistema previsional, el gobierno recibió un cruzado en el mentón. Horas después, con la delegación de facultades al Gabinete, Pedro Cateriano salió fortalecido ante el país como presidente del Consejo de Ministros (PCM). ¿Una química secreta se empieza a producir entre Cateriano y la oposición?
A diferencia de las anteriores colisiones entre Ejecutivo y Legislativo, donde la oposición le notificó al gobierno que no iba a tolerar los excesos de Nadine Heredia sobre la función ministerial, el actual choque se produjo explícitamente por la voluntad opositora de asumir el control de la mesa directiva del Congreso. La oposición le dobló la mano al oficialismo en el caso Yovera en el entendido que un voto es hoy un ejército en la disputa por la conducción del Legislativo, ¿no es verdad?
Ahora bien, ¿le agrega gobernabilidad a la democracia un Congreso conducido por la oposición? Creemos que sí. La mal llamada pareja presidencial es la responsable del peor gobierno del siglo XXI. Una pareja que solo se dedicó a judicializar a sus rivales cuando gozó del respaldo popular y que ahora solo se dedica a defenderse de la lluvia de acusaciones. Considerando ese contexto y que el Perú ya desarrolla un cronograma electoral hacia el 2016, el Congreso conducido por la oposición es como un seguro ante lo impredecible.
Pero no solo se trata de choques con la oposición. Por la autonomía y el sentido común que ha mostrado el PCM al reunirse con sus archirrivales políticos (Keiko Fujimori y Alan García) y al desestimar la cuestión de confianza en la solicitud de facultades legislativas, es casi seguro que no agrada a las alturas de Palacio. De una u otra manera, una facción palaciega trata de meterle cabe a Cateriano. Sin embargo, el hombre sale adelante con juego propio. ¿A qué viene todo esto?
A estas alturas se puede afirmar que una química silenciosa entre la oposición y Cateriano ha comenzado a producirse, una química que, a lo mejor, nunca llegará a ser explícita, pero allí está. Se trata de la química democrática y nada más. Es evidente que la oposición es la más interesada en que el cronograma electoral hacia el 2016 se desarrolle de manera impecable. En ese camino ha encontrado en Cateriano a un demócrata a carta cabal, a un potencial aliado en medio del desconcierto general y el malhumor del oficialismo.
La democracia también construye sus paradojas. Cateriano era uno de los lanceros más feroces contra la oposición, pero cuando asumió la PCM, en la práctica, se transformó en el aliado natural de los sectores opositores y del desarrollo del calendario electoral. En todo caso, cuando las dudas arrecian, siempre deberíamos recordar que ya avanzamos hacia el cuarto proceso electoral sin interrupciones. A veces, para la democracia, los plazos constitucionales y los calendarios electorales representan todo, absolutamente todo.
Por Víctor Andrés Ponce
19 – Jun – 2015
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