La guerra de los 15 días

Sobre los ataques políticos al alcalde que empieza su gestión

La primera quincena de gestión de Luis Castañeda se ha caracterizado por la oposición virulenta de un sector de la izquierda y de los medios tradicionales que se convirtieron en los principales adversarios del Mudo en la campaña electoral. Al parecer, los comicios pasados han dejado sangre en el ojo de algunos y, de una u otra manera, la impaciencia es tanta que no están dispuestos a esperar lo que demandan las buenas maneras y la buena política para pasar a cobrar las facturas. Es decir, Castañeda ha vivido una verdadera guerra de los 15 días.

Todo esto ha sucedido no obstante que Castañeda inició su gestión convocando a un acuerdo nacional para Lima a tirios y troyanos. En la ceremonia en la que asumió el cargo, por ejemplo, estuvo el propio presidente Humala. Un hecho que parece una rareza en un espacio público en el que solo se escuchan disparos y se reportan muertos y heridos.

La reacción de los de la chalina se explica porque ellos creen que el fracaso de la gestión de Susana es obra y gracia de la oposición castañedista. Los errores le pertenecen a otros y no a una administración que los electores consideran una de las peores de la reciente historia. De allí viene la ira.

En el caso de los medios el asunto sí merece una reflexión más de fondo, porque a la legua se notan impulsos extra periodísticos. Nunca solemos  enjuiciar el trabajo de otros colegas, pero es evidente que este asunto, tarde o temprano, formará parte del análisis porque, al parecer, será asunto permanente.

Ante el blitzkrieg de sus opositores, Castañeda ha respondido con el único lenguaje que le ha permitido sobrevivir en política: con obras. La reapertura de la vía de la Costa Verde, la señalización de la Panamericana Sur, el inicio de las obras del puente Bella Unión, el túnel de Santa Rosa y un plan agresivo de reordenamiento y construcciones en transporte. Los opositores han respondido señalando diversas críticas contra la creación de un segundo corredor del Metropolitano por la vía de Evitamiento.

Si se tratara de hacer futurología la mayoría se atrevería a predecir que Castañeda saldrá bien librado del escenario de guerra que le han planteado sus rivales en esta quincena. La razón: en la vida pública las obras son amores aquí, en Estados Unidos, Inglaterra, o en cualquier comunidad política. Además, la ciudadanía debe haberse percatado de la arbitrariedad de negarle el periodo de gracia, la luna de miel, a cualquier administración entrante. Por ese lado, los hechos indicarían que el Mudo se impondrá tal como lo hizo durante la pasada campaña electoral.

No obstante Castañeda cometería un error si es que se refugia en la mudez. Necesita explicar sus planes y programas en detalle para que los diversos intereses que presionan una gestión no se envuelvan con criterios técnicos. Necesita seguir haciendo política, convocando a sus peores enemigos como mandan las buenas tradiciones. No debería olvidar que ganó las elecciones porque hizo buena política, porque en la sociedad abierta la política es una de las primeras industrias de la libertad.

Por Víctor Andrés Ponce
(21 - Ene - 2015)