LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¿En qué momento se bloqueó el Perú?
Reflexiones sobre el pasado reciente y la coyuntura
Una de las preguntas que se formula cualquier observador internacional es cómo es posible que el Perú, un país que había reducido pobreza del 60% de la población hasta 20% antes de la pandemia y había acumulado cuatro elecciones nacionales sin interrupciones en las últimas dos décadas, culminara en la elección de Pedro Castillo y Perú Libre. El programa perulibrista, desde un principio, buscó abolir la Constitución y todo el modelo que había permitido la reconstrucción nacional.
Cuando advertimos que otros dirigentes neocomunistas –como Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia– también ganan elecciones y llegan al poder, la pregunta sobre lo qué sucedió en el Perú no tiene una sola respuesta. Sin embargo, una de las posibles explicaciones de que el Perú haya comenzado a derrumbarse es el veto político a Fuerza Popular, tal como sucedió con el Apra en el siglo pasado.
Basta observar las regularidades y continuidades de las elecciones nacionales y el protagonismo de los partidos en las últimas dos décadas para entender el fenómeno. En las elecciones del 2001 ganó Alejandro Toledo, y el Apra y Alan García quedaron en segundo lugar. En las elecciones del 2006 ganó García y Ollanta Humala quedó en segundo lugar. En las elecciones del 2011 ganó Humala y Keiko Fujimori quedó en segundo lugar. Sin embargo, esa regularidad, esa continuidad, que ha permitido construir democracias estables en la historia universal no se produjo en esos comicios. El triunfo correspondió a Pedro Pablo Kuzcynski.
A partir de esos hechos comenzó la desinstitucionalización y la destrucción de todos los activos institucionales y económicos que construían el sistema republicano durante tres décadas. La renuncia de PPK permitió la llegada de Martín Vizcarra, uno de los gobiernos más destructivos de la historia nacional –considerando todos los activos y logros que encontró– y que, a través del referendo y el golpe de Estado del 2019, terminó de destruir el sistema político nacional. Hoy nos quejamos del actual Congreso sin reconocer que todos somos responsables por haber aceptado los estropicios del vizcarrismo.
¿A qué vienen estas reflexiones? Se acaba de conocer que el reportaje televisado que vinculaba a Keiko Fujimori con casos de corrupción, supuestamente investigados por la DEA es una farsa. Todo fue un operativo político. Sin embargo, para nadie es un secreto que ese reportaje decidió la elección nacional y quebró las regularidades que la democracia peruana estaba organizando.
En el siglo pasado el Apra también fue víctima de un veto. Víctor Raúl Haya de la Torre nunca pudo llegar al poder a pesar de que le sobraban todos los méritos habidos y por haber. Haya no llegó, pero en el siglo XX la democracia peruana fracasó de principio a fin.
La lección es evidente: no hay democracia, no hay continuidad institucional, con vetos y demonizaciones del adversario. Es hora de aprender.
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